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‘Sueño en otro idioma’ recupera sabiduría de lenguas originarias

Al hablar una lengua materna no solo se comparte información, se trasmiten emociones, sentimientos, conocimiento y con ello la cultura de los pueblos originarios, nuestra cultura. “Es conocimiento sagrado”, expone el cineasta Ernesto Contreras, ganador de seis estatuillas Ariel por Sueño en otro idioma.

Sueño en otro idioma es una película que cuenta la historia de una lengua a punto de desaparecer y cuyos dos últimos hablantes, Evaristo e Isauro, no se dirigen la palabra desde hace más de 50 años.

El idioma zikil se  presenta como motivo para contar la historia, es un recurso narrativo, poético, incluso mágico, para hablar del misticismo, la poesía y la sabiduría que hay en  68 lenguas originarias en el país, una gran parte de éstas se hablan en los estados del Sur como Oaxaca y algunas de ellas están en peligro de extinción.

Ernesto Contreras (Veracruz 1969) comparte en su filme imágenes de la selva de su estado natal y atrae la atención hacia la luminosidad y los sonidos de ésta, a la musicalidad y el ritmo de las lenguas, cuestiona los dogmas religiosos, cuenta una historia de amor inesperada, pero sobre todo, expone lo sagrado que es el conocimiento detrás de una lengua.

“Este conocimiento es un tesoro y no quería que nadie pudiera sentir que estaba usando ese conocimiento para hacer una galería, por eso no use una lengua real, explicó  el  director de esta cinta ganadora de las estatuillas Ariel 2018 como Mejor película, Mejor Actor, Fotografía, Guión Original, Música Original y Sonido.

Contreras, también director de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), explica que consultó a especialistas y entre ellos, un lingüista le propuso ese recurso original de crear una lengua exprofeso para su proyecto cinematográfico.

El lenguaje -abundó-  tenía que cumplir con esta parte de magia planteada en el guión que es la relación de las personas con los animales. Contreras temía que el zapoteco, el zoque o cualquier  otra lengua no cumpliera con esa característica que se había imaginado.

Fue un reto, pero descubrió que cualquier lengua que se eligiera era sagrada, por lo cual optó por respetarlas e inventar una propia.

El director de Sueño en otro idioma, Párpados azules, Seguir siendo: Café Tacuba y Las oscuras primaveras expuso en entrevista que, aunque no es hablante de una lengua,  pudo comprender la importancia de éstas  y hacer una especie de reconocimiento a su abuela, originaria del Istmo de Tehuantepec y hablante del zapoteco.

El veracruzano narró que durante el rodaje recordó una etapa de su vida, que le hizo entender cómo desaprovechó la oportunidad de obtener conocimiento sobre su propia identidad.

“Cuando era niño me insistía en hablar en zapoteco, no entendía por qué lo hacía. Por eso esta película fue todo un reto, de tratar de entender y comunicar ese conocimiento y la necesidad (de su abuela) de trasmitir su cultura. La película fue la forma conectarme con mis viejos y tratar de entender ese mundo, aún sin subtítulos, fue la apuesta”, concluyó el director al finalizar el Primer Congreso Internacional de Fomento a la Lectura de Lenguas Indígenas el pasado fin de semana, aquí en Oaxaca

La película presentada en el teatro Macedonio Alcalá de esta ciudad, recibió también el Premio del Público en el Festival Sundance en 2017.