Foto: Carmen Pacheco
¡“Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcado que va a caer, que va a caer, arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”! coreaban oaxaqueñas por las calles de la capital
La Marea Verde trasciende. El movimiento de mujeres que inició en Argentina en busca de la despenalización del aborto, sumó este viernes a miles de mujeres del país, en Toluca, Guadalajara, Veracruz, Morelos, Ciudad de México, entre otros estados; las oaxaqueñas no se quedaron en casa, la lluvia no disminuyó el ánimo. salieron a las calles a exigir que se respete el derecho a decidir sobre sus cuerpos.
¡“Nosotras parimos, nosotras decidimos”! gritaban, algunas con sus altavoces, otras desde “su digna rabia” porque en la entidad, decidir por un aborto puede ser castigado con cárcel, pues la legislación local señala solo cuatro causales, entre ellas, que se pueden practicar en casos de riesgo en la madre, alteraciones del feto y violación.
Aun así, diariamente se practican 33 abortos, casi mil al mes. La cifra de abortos en Oaxaca asciende a 11 mil 500 al año, según la organización Marie Stopes México, pero la mayoría de éstos se realizan en condiciones de clandestinidad y ponen en riesgo a las mujeres.
Los reportes oficiales indican que en Oaxaca se tiene registro de 2 mil 300 abortos practicados al año, pero por cada aborto registrado, señala el organismo, existen cuatro clandestinos, es decir nueve mil 200 mujeres más se realizan un aborto en condiciones inseguras.
Por esas razones, una de las principales consignas era “abortar el sistema patriarcal”, un sistema que estudios feministas, sociológicos y antropológicos usan para describir una situación de distribución desigual en la sociedad contemporánea, donde prevalece la visión de los hombres, quienes han decidido sobre las leyes, sobre los roles laborales, sociales, incluso sobre los sexuales y el cuerpo de las mujeres. “Como si las mujeres no pudiéramos valorar si las decisiones son correctas o no”, dijo una de las mujeres que marchó este 28 de septiembre, en el Día de Acción Global por una Aborto Legal y Seguro.
Pañuelos verdes cubrían la parte inferior de sus caras, alertadas por los prejuicios sociales que incitaron, previo a la marcha (y después) los comentarios ofensivos en las redes sociales. También alertadas por las cifras que han llevado al estado a ocupar los primeros lugares en feminicidios.
¡“Por qué, por qué, por qué nos asesinan, si somos la esperanza de América Latina”!,
Caminaban lentamente sobre la calzada Porfirio Díaz en dirección al zócalo capitalino, a su paso recibían comentarios, como “por qué no las abortan a todas ellas” o presiones de los automovilistas que esta vez no tenían opción, pues el municipio no estableció rutas alternas como sucede en otras marchas. También recibieron aplausos y otras muestras de solidaridad a su paso por algunas calles del Centro Histórico, principalmente en el andador turístico.
La marcha duró un par de horas, hubo tensión cuando un conductor de un camión y unos cuantos motociclistas intentaron romper la valla humana integrada por un grupo de mujeres llamadas las Feminicletas, que con sus bicis resguardaban el contingente.
A cada acción de intimidación respondían al unísono ¡“Si tocan a una, nos tocan a todas”! No eran miles, pero iban seguras, a su paso repetían las consignas ante las caras molestas —algunas incrédulas— de los hombres y comentarios varios. Llegaron al zócalo gritando en rechazo de los estereotipos y exigiendo se legisle sobre el aborto.
¡“Ni puta por coger, ni madre por deber…”! repetían en el zócalo otrora Plaza de las Armas, donde las voces gritaron hasta el cansancio, haciendo eco a la demanda de miles de mujeres en América Latina, por un aborto legal y seguro.