Lluvia y temblores, principales fuentes de riesgo en mineras
Rocío Flores
OAXACA, Oax. Desde hace varios meses habitantes de las poblaciones cercanas a la minera Trinidad, en Ocotlán, habían manifestado su temor a un derrame de sólidos y líquidos de desecho, producto de la explotación minera en Ocotlán. Este lunes sucedió.
De acuerdo con las autoridades agrarias, municipales y pobladores de Magdalena Ocotlán, las lluvias registradas el domingo generaron un derrame de líquidos tóxicos de la estructura de contención, también llamada presa de jales, y provocaron contaminación en el río El Coyote, del que dependen cientos de familias campesinas de ese municipio.
[quote]“Nos percatamos que el afluente del río presentaba una corriente de agua “color blanca” que proviene de la parte alta de San José del Progreso, donde está ubicada la presa de jales”, explicaron autoridades[/quote] .
El afluente desemboca en el paraje “La Ciénega” donde hay un retén de agua que sirve para el pastoreo de animales, y pozos que abastecen de agua potable a la comunidad. De ahí se desprende una corriente del río Coyote hacia otras comunidades como San Matías Chilazoa, San Pedro Apóstol, San Felipe Apóstol, Tejas de Morelos, ubicadas aproximadamente a una hora y 15 minutos de la capital.
Las autoridades manifestaron su temor ante riesgos irreparables para la población, por ello pidieron a la Profepa y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acudan al lugar a verificar y que se apliquen las sanciones que corresponden a la empresa. A la Federación le exigen cancelar la minera, propiedad de la empresa Cuzcatlán S.A. de C.V, filial de la canadiense Fortuna Silver Mines, debido a que representa un peligro para su territorio y la vida de las comunidades.
Las presas (de jales) en general representan un riesgo, expone el Coordinador del proyecto Empresas y Derechos Humanos de OXFAM México, Roberto Stefani. Un ejemplo de estos ─abunda─ es el derrame de un depósito de lixiviados de sulfato de cobre de una mina del Grupo México que colapsó y vertió su contenido de metales pesados al arroyo Tinajas y posteriormente a los ríos Bacanuchi y Sonora en 2014.
Se refiere al caso que afectó a más 250 mil personas en siete municipios situados a orillas del río Sonora: Arizpe, Banámichi, Huepac, Aconchi, San Felipe, Baviácora, Ures y Hermosillo, en Sonora.
Aunque, aclara, existe una diferencia entre los tipos de mina de Sonora y Oaxaca, es posible que por su posición geográfica y la manera cómo fluyen los veneros en la Valle, la contaminación de la presa de jales en Ocotlán se extienda más abajo si hay excesiva lluvia.
Rosalinda, habitante de Ocotlán dice que hace un año, antes de este derrame, se presentó una amenaza y construyeron un soporte de concreto, algo como una barda para evitar que se vertiera.
[quote] «La empresa dice que la presa de jales contiene aguas jabonosas, pero es cianuro, porque es lo que ocupan para proceso de separación”, señaló.[/quote]
Por su parte, la activista Cristina Auerbach de la región carbonifera de Coahuila considera que la Secretaría del Trabajo a nivel federal y su delegación en Oaxaca deberían implementar operativos de revisión en las presas de jales y en general en las minas que existen en el estado.
“Técnicamente hay un movimiento en el subsuelo y las autoridades deben revisar las minas después de un sismo. Creo que también se deben establecer protocolos de emergencia, un movimiento telúrico siempre puede causar rupturas de las presas (de jales) y eso mata el ambiente, mata la tierra. La preocupación es legítima, declaró.