Foto: Carmen Pacheco
A simple vista podríamos decir que este quiltro o perro vagabundo comulga con la lucha de las oaxaqueñas, va de un lado a otro, entre consignas y reclamos de mujeres que hartas de la violencia feminicida han salido nuevamente a las calles.
Frente al parque El Llano se van sumando las voces de las oaxaqueñas que han decidido ser ciudadanas con derechos. Alzan la voz y buscan hacerse visibles en la vía pública.
La adrenalina genera cierto ajetreo y ante la revuelta se une para apoyar en el control del entorno. Sus ladridos obligan a conductores a dar paso a las mujeres que protestan ante el machismo, la misoginia y un gobierno, qué dicen, ha sido rebasado ante la violencia extrema contra las mujeres. Colectivos de la sociedad civil y especialistas en el tema opinan lo mismo. Dos casos recientes son prueba de ello.
Ni una más, ni una más, ni una asesinada más! ¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más! gritan por las calles esta noche.
El miedo y la inseguridad en Oaxaca es una constante, dicen las mujeres, por eso anoche siguiendo la consigna #LaCalleEsNuestra y #LaNocheTambién, iniciaron una marcha desde la Fuente de las Ocho Regiones hacia el atrio de Santo Domingo.
En camino recuerdan que el 11 de enero Wendy, una mujer de 27 años fue rociada con gasolina por un hombre, quien después le prendió fuego. El agresor se dio a la fuga. Días después ella perdió la vida en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Civil.
El 28 de este mismo mes, el cuerpo de otra mujer fue hallado calcinado en San Juan Bautista, Tuxtepec. Otras 15 fueron asesinadas también en enero.
Algunas a pie y otras en bicicletas, a su paso van recibiendo algunas agresiones verbales de hombres, pero también la solidaridad de aquel que se levanta y se une a ellas, va y viene entre las manifestantes, corre, incluso a veces lidera la marcha. Una postal que se repite en cada protesta, mientras las mujeres gritan:
Sus voces resuenan en las calles mayormente vacías de empatía. Solo hacen eco en un anciano que se recarga en la pared, las mira, se limpia unas gotas de sus ojos y huye tambaleante del recuerdo de su hija desaparecida.
La incapacidad de los gobiernos para prevenir y sancionar la violencia feminicida en este estado, ha cobrado la vida de unas 261 mujeres en esta administración, 17 solo en este primer mes del año—de acuerdo con la organización Consorcio para el Diálogo Parlamentario— a pesar de la declaratoria de alerta de género decretada por la Secretaría de Gobernación en agosto del 2018, con la que el Estado estaría obligado a brindar seguridad a niñas, jóvenes y mujeres que año con año enfrentan el riesgo de ser desaparecidas, torturadas, violadas o asesinadas.