Iluminan girasoles el campo de Magdalena Apasco

^{Fotografía/Carmen Pacheco}

 ¡Vuelvan pronto! grita don Jorge. La emotiva despedida es resultado de las flores sobre esos largos y erectos tallos de más de un metro y medio que inundan su parcela.

Es la primera vez que esta comunidad de los Valles Centrales se siembra esta especie a la que científicamente le llaman Helianthus annuus, pero que comúnmente responde al nombre de girasol, mirasol, maíz de teja, o flor de escudo.

Ésta es una variedad importada que se ocupa en otras partes del país como forraje. Aquí en Oaxaca se empezó a proyectar hace un par de años a través de un programa de la Sagarpa que se llamó  ProAgro Productivo, según lo explicó el ingeniero y asesor técnico Carlos Barragán García.

El ingeniero aclara, esta especie como otros órganos vegetales se emplea para picar y alimentar los animales, al ganado principalmente. Sin embargo tiene una flor bonita y por eso se decidió cultivarla.

En 2017 se realizaron algunas reuniones, luego se seleccionaron diez parcelas demostrativas y este año se inició el trabajo con los productores. Así empezó don Jorge Pérez Merlín, el dueño de este terreno.

“Comenzamos trabajando con maíz y después empezamos a apoyar con otras opciones para mejorar el suelo, metiendo otros cultivos, sembramos avena, canola y esta este es el primer año que se siembra girasol”, expone el ingeniero y asesor técnico.

“Es una novedad, estamos recibiendo a muchas personas, aquí tenemos un panorama bonito, estamos abiertos al campo, a la sociedad, es una pequeña parcela y pueden disfrutarla, tomarse fotos y cuando terminen nos dicen qué flores les gusta y así pueden apoyar a la economía”

Jorge Pérez Merlín.

Ethel y Luciano coinciden en eso. Llegaron cerca de las 5:30 de la tarde al lugar y aunque hablan poco, son atentos y no dejan de sonreír cada vez que miran girar a los girasoles sembrados en ese cuarto de hectárea.

“Aquí no se pierde el tiempo, se gana, se vive”, dice Luciano a Ethel, frente a la plantación orgánica, (sin pesticidas)  que don Jorge, su hijo y un pequeño grupo de hombres han cuidado en el sembradío desde hace casi 80 días y hoy florece en esa tierra.

El hijo de don Jorge destaca lo atractivas que resultan estas grandes plantas para los insectos polinizadores, pues al asentarse en la tierra desprenden un calor especial. «¡Las abejas están felices!, cuenta, mientras tengan agua y las condiciones adecuadas no se van a estresar y la floración puede durar hasta 15 días antes de que empiecen a llenar los granos».

El ingeniero explica que una de las estrategias que utilizó el productor fue desfasar los riegos para que emergiera el cultivo. de tal manera que hubiera producción hasta el 10 de mayo, fecha comercial que podría dejarle más ganancia económica.

Mientras tanto, don Jorge pasa algunas tardes despidiendo a los visitantes que regularmente se van con al menos tres grandes girasoles en el brazo. Guiándoles a la salida, les va contando cómo utilizar el estiércol de abono para preparar la tierra, sobre las abejas que visitan su sembradío, así como de otros cultivos posibles y de otras experiencias que, dice, son las bondades del campo.

CÓMO LLEGAR:

Si está la ciudad de Oaxaca, toma  la carretera a la Ciudad de México y  adelante de la Villa de  Etla, pasa el puente Magdalena y posteriormente un tope, gira inmediatamente a la izquierda y siga el camino, a unos 500 metros adelante, aproximadamente, están esperándole los girasoles.