“El agua es la sangre de la tierra”, afirman sus defensores, los campesinos zapotecos de Valles Centrales. Esta declaración explica su labor de resistencia ante una veda de agua durante los últimos 14 años.
Al presentar su libro En defensa del agua, los campesinos de esta región, también llamados Sembradores de agua, entregan su experiencia.
Apoyados por la organización Flor y Canto, ‘los sembradores’ e integrantes de la Coordinadora de los Pueblos Unidos por el Cuidado y la Defensa del Agua (Copuda) han logrado durante la última década recuperar su manto acuífero con pozos de absorción, ollas y retenes, a través de los cuales recolectan agua y aseguran su trabajo de agricultura.
En 2005 inició la travesía con una notificación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Les exigían pagar el excedente de agua que estaban utilizando, cuando la realidad es que atravesaban una terrible sequía. Eso los despertó.
“¿Cuál excedente? ¿Si ya no había agua! Pero qué bueno que la Conagua envío ese mensaje, ya era hora de organizarnos”, dijo Carmen Santiago Alonso en la presentación de dos materiales que documentan parte de su trabajo.
Ahí manifestaron que van juntos por la preservación de los recursos naturales.
Durante la presentación, realizada en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) el pasado jueves, contaron algunas de las historias producto de este esfuerzo que han llevado durante 14 años.
En defensa del agua se divide en cuatro apartados. El primero aborda la problemática del agua en 16 comunidades de los Valles Centrales de Ocotlán, Zimatlán y Ejutla de Crespo en el estado de Oaxaca.
«Mi trabajo consiste en encontrar el lugar dónde nace el agua, “es un don que dios me dio”, dijo Alejandrino Gerardo Pérez Antonio al compartir lo que hace para su comunidad y para otros pueblos vecinos.
También sintetiza el proceso de organización que las comunidades realizaron y lo proponen como un modelo para futuros procesos de defensa de sus derechos como comunidades.
El segundo apartado reconstruye el trabajo realizado por la COPUDA con el fin de recuperar su manto acuífero; sus dificultades y logros, su relación con las instituciones del Estado y la importancia de que las nuevas generaciones se articulen al proceso.
Mientras que en el tercero, se reflexiona sobre las formas tradicionales de alimentación y trabajo en el campo, especificando el papel de la tecnología, con sus pros y contras. Y en el último colocan el tema de la autonomía indígena a la luz de diversas experiencias en distintas partes de México.