Rocío Flores
OAXACA, Oax. En la actualidad las migraciones son cada vez más posibles, más fáciles también. Pero lo que no ha cambiado, dice la artista mexicana-estadounidense Daniela Edburg (1975), es la mentalidad del que viene de afuera y también las maneras cómo se van aceptando lo que va surgiendo como producto de esas migraciones.
Conversamos un poco sobre este tema con la artista visual, quién recién inauguró la exposición fotográfica Del sobresalto al hallazgo en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, compuesta por nueve series, donde, entre otros temas, reflexiona sobre el paisaje de las Altas llanuras estadounidenses y la migración.
Daniela nació en Texas, Estados Unidos, pero creció en México. De manera bicultural y desde una posición privilegiada, dice.
“Tengo esa sensación de no pertenecer completamente a ninguno de los dos lados, pero al mismo tiempo pertenecer a ambos”, cuenta Edburg mientras recorremos la muestra, la cual abre con su serie más reciente: Desarraigo, realizada en 2017 como resultado de una residencia en Denver, Colorado.
A través de sus piezas, Edburg plantea la migración como un hecho que no solo concierne a los seres humanos sino del cual participan también especies animales y vegetales.
Aunque la selección y colocación de las piezas no obedece a una intención política, sino más bien a las características museográficas del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Edburg muestra disposición para abordar el tema, especialmente al considerar que vivimos una época en la que nos encontramos opiniones tan polarizadas al respecto.
Crecer bicultural le ha permitido observar la migración desde otros enfoques. En sus piezas muestra que en la naturaleza hay casos de migración donde el resultado es una invasión. Pone como ejemplo el chep grass (presente en algunas de sus imágenes) un pasto que llegó de Europa con los colonizadores y en cuánto llego a América encontró una tierra muy fértil y lo que hizo fue invadir completamente, quitándole toda el agua a las especies locales.
“Esos pastos que están ahí invadiendo kilómetros y kilómetros están todos secos y cuesta mucho trabajo que crezca algo más, porque fue una invasión exagerada”, comparte y agrega que la cuestión de la migración requiere también de un balance y mirar quién es el extranjero.
Desde la perspectiva del tiempo, o el tiempo geológico o de las montañas, como le llama, dice que la vida de ese pasto es corta, pero en cientos de años hizo un cambio enorme y ahora como sociedad se nos olvida que había otras plantas. “Es un poco lo que pasa con la colonización”, agrega.
La artista visual considera que llega un punto en el que la especie predominante se vuelve la local y se nos olvida que era aquel lugar o que éramos. Pero a la distancia todas esas etiquetas se vuelven absurdas, pues no se trata de jerarquías sino de cohabitar respetándonos unos a otros, respetando las migraciones y las cosas que son inevitables.
[quote]“Al final también la cuestión es aceptar que la especie más invasiva del mundo, es el ser humano”, sentencia.[/quote]
Para reflexionar sobre este y otros temas, la artista visual recupera el retrato en sus piezas fotográficas, la puesta en escena, la ficción, casi teatral, pero sobre todo, la relación de lo humano con lo natural, aunque “casi siempre como una cosa casi separada, donde los personajes llegan a un lugar casi desconectados de su realidad”.
Del sobresalto al hallazgo es una revisión de más de 16 años de trabajo, en esta Daniela Edburg incluye también sus primeras piezas reunidas en la serie Drop Dead Gorgeous (2001 – 2005) imágenes, casi teatrales, de situaciones tan descabelladas como ingeniosas. En cada una de ellas una mujer es víctima de una afición o repulsa hacia un alimento o algún producto de belleza.
Daniela aclara que estas escenas son en realidad una exageración de su realidad y su relación con esos productos en ese tiempo. “Cuando yo las hice nunca pensé que fueran una crítica”, dice. Aunque admite que las escenas que se muestran bien pueden ser experiencias vigentes.
En cada una de las piezas de esta serie, la artista recupera su experiencia en la instalación o la escultura y hace referencia a la historia de la pintura y abre la posibilidad de explorar también en el arte “más pop”.
La exhibición completa se articula con base en nueve de las once series producidas por la artista, entre las que se muestran: Desarraigado, Drop Dead Gorgeous , Killing time, Tejer, Los desayunos, Is it the end, or is just my imagination?
De acuerdo con el curador de la muestra, Irving Domínguez, el retrato es una de las soluciones más recurrente en la obra de Daniela Edburg y en sus más recientes trabajos lo activa como un dispositivo que involucra al textil y la instalación. Las piezas se exhiben en núcleos interdependientes, rompen la presentación cronológica, así como la lectura original de los conjuntos.