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Meditatio Sonus, una opción para reactivar la vida en tiempos de pandemia

Rocío Flores

OAXACA, Oax. El Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) fue el primero en abrir sus puertas, después de seis meses de confinamiento obligado por la pandemia de Covid-19 y reinició también con el ciclo de meditaciones guiadas por sonidos durante los domingos de los meses de septiembre, octubre y noviembre.

La directora del Museo Cecilia Minguer destaca que esta actividad da la oportunidad de reactivar la vida frente a la sensación de orfandad ante miles de muertes y el encierro obligado.

Esta circunstancia que se vive en el mundo ante la muerte y la incertidumbre provocaron una serie de emociones en las personas: la compasión, la empatía, pero también el miedo, dice por su parte Arcángel Constantini el curador de Meditatio Sonus, el ciclo de meditaciones colectivas guiadas por sonidos.

Por ello, la práctica meditativa como en algunas filosofías orientales, propone transformar la parálisis social de estos días como una alternativa de lidiar con el miedo, una emoción que se adueña de nuestra mente y crece cuando la ficción del futuro se evapora y el presente se nubla.

«En estos tiempos de pandemia y exceso de información se puede pensar que el tiempo es confuso, que las situaciones son permanentes, hay una relación constante entre la vida y la muerte, pero son momentos impermanentes, meditar tiene un impacto en las emociones»

Arcángel Constantini

La meditación en Meditatio Sonus es de código abierto y es colectiva, basada en la respiración y en la impermanencia del sonido, abunda. «Pero también tiene el carácter individual, cada persona está en su conciencia, «en su aquí y ahora»».

«Lo que puede unificar es el sonido que funciona como guía y nos permite comprender que todos formamos parte de lo mismo y que somos una gran conciencia o existencia, que se expresa de distintas maneras», explica Arcangel constantini.

Observa que con la pandemia los medios de comunicación parece que tratan de aislarnos, de alejarnos, cuando realmente está cobrando fuerza lo colaborativo, a través de lo cual podemos comprender que somos parte de un sistema que se puede autoregular.

Efraín Constantino

El domingo pasado la meditación estuvo guiada por el artista Efraín Constantino (Oaxaca, México1984) artista, historiador del arte y matemático, quien inició su camino en el arte con la fotografía, después transitó a la imagen en movimiento: video, sonido e internet.

Constantino, también profesor en la escuela de Bellas Artes, dice que su trabajo tiene su origen en la curiosidad y la necesidad de ir incorporando otros elementos como el sonido.

En esta ocasión guió la sesión con una producción basada en un libro del escritor Japonés Sōseki un autor que retoma elementos de la filosofía oriental, pero también cuestiona su propia cultura, “es parte del atractivo”, dice el artista.

En su pieza homónima apeló a la sencillez, pero también introdujo una experiencia lúdica que parte de su reflexión sobre la locura, a veces divina según Platón; como una búsqueda de aquella locura momentánea, que los poetas llaman inspiración pero también de la necesidad de templar el alma.

El programa de esta serie de meditaciones guiadas se amplía el repertorio de artistas, antes de Efraín Constantino fue Mabe Fratti, y para este 4 de octubre le sigue Space Cadet, lueho Jorge Ramirez, Arthur Henry Fork, Constanza Piña, Fernando Vigueras y Camille Mandoki, artistas con distintas trayectorias, algunos locales y otros del extranjero que permiten una posibilidad distinta para la búsqueda de la relación entre la mente y el sonido.

No es necesario ser expertos meditadores, de lo que se trata según Constantini, es que a partir del sonido se pueda lograr una escucha profunda y la atención plena, que son los  principales objetivos del ciclo Meditatio Sonus.

Las sesiones se realizan en un espacio al aire libre, protegido por la sombra de enormes árboles ficus o laureles de la india. Los tapetes, bancos, zafus y otros objetos que ofrece el MACO para esta práctica mantienen una distancia adecuada para el resguardo de la salud colectiva.