Joaquín Galván*
Hace un tiempo una compañera periodista me preguntaba que ¿Cómo terminé involucrado en temas de activismo tan fuertes como lo es el feminicidio y las violaciones a derechos humanos? Y lo primero en que pude pensar era ¿a que se refería con eso de temas de activismo?. Ya anteriormente me había percatado que en varias entrevistas se me presentaba como “el activista” Joaquín Galván y siendo sincero, esa palabra entre que me “chocaba” y también no la entendía del todo. Sin embargo asimilé el uso de esa palabra en la medida que su utilidad fuera potencializar el poder de la denuncia que era en su momento necesaria realizar sobre algún caso y también encontrarme, coincidir, conversar con personas que eran englobadas en esa categoría para facilitar redes de colaboración.
A los 16 años viví mi primer proceso de lucha, era un adolescente, fue un momento determinante porque ese proceso hizo “sacudir” mi vida y también que madurara ciertos aspectos “demasiado rápido para mi edad” decían muchos. En ese entonces a varios paisanos míos fueron perturbados por una constructora, la SCT, un diputado local, coludidos con autoridades municipales que les quisieron despojar de sus terrenos para construir en Oaxaca la súper carretera al Istmo, nos organizamos e iniciamos un proceso de resistencia y lucha que al menos en un momento dado hizo que me arrestaran 30 minutos como acto de intimidación, al final la lucha se ganó después de 9 meses de confrontación legal, comunitaria y de denuncia social.
En ese entonces yo no sabía nada de activismo, ni de organizaciones defensoras, no conocía medios de comunicación, aún no estudiaba leyes, aún no sabía nada de luchas y movimientos sociales; naturalmente nos organizamos, naturalmente resistimos. Eso fue en el año 2014, ahora miro hacia atrás y pienso que con las herramientas que se tienen a la mano actualmente gracias al “activismo” desarrollado, esa injusticia probablemente se hubiera resuelto en menos tiempo y no nos hubiera tocado sufrir tanto todo lo que en su momento se sufrió. Actualmente me preguntó ¿Eso era activismo? ¿A partir de qué se define el activismo?
Después me di cuenta que tras ese precedente, se dieron relaciones enfocadas en temas de casos cada vez más fuertes y más graves, llevando una cosa a otra al grado de que actualmente nos ha tocado acompañar casos muy graves y fuertes que en algún momento dado también nos exponen a situaciones de riesgo, ahora sí, con una exposición pública que tiene diversos aristas: facilita el posicionamiento de un tema pero a su vez nos obliga a un nivel de congruencia mucho más fuerte con nuestros comportamientos y palabras, difícil siendo lo que somos: humanos.
Aún no termino de entender del todo lo que significa ser activista, a veces siento y sospecho que el activismo es todo eso que naturalmente estamos llamados a hacer y que muchos hacen desde espacios no visibilizados: simplemente hacer lo correcto ante una injusticia, la diferencia es que en el activismo hay cámaras, medios, cierto protagonismo, procesos de estudio y reflexión y no está mal, en la medida que esas herramientas sean puestas a quienes lo necesiten, aunque por otra parte, me queda claro que lo genuino está en quien no pidió ser activista, está en quien las circunstancias lo llevaron a esos espacios, en quien realmente incómoda a los que ostentan el poder y sufre las consecuencias de hacer lo correcto.
Hay tantos tipos de activismo en la medida que hay tantos tipos de injusticias, por supuesto también que hay un activismo “desde abajo” y uno privilegiado, el activismo entre más colaborativo y menos individualista, mas horizontal y menos vertical, más cooperativo y menos caritativo, corre menos riesgo de ser desarticulado.
*Originario de San Pedro y San Pablo Ayutla. Estudió la carrera en derecho en la universidad la Salle Oaxaca. Actualmente realiza investigación en materia de derechos humanos y movimientos sociales.