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Un memorial del agua en la Bienal de La Habana

La XIV Bienal de La Habana abrió el 13 de noviembre de 2021 sus exposiciones con el tema general “Futuro y contemporaneidad”, para permanecer presentando diferentes exposiciones durante seis meses, hasta el 30 de abril del presente año. Por primera vez, la Bienal se desarrolla en tres momentos diferentes, dividida en las fases “Preámbulo”, “La Habana de la Bienal” y “Regreso al porvenir”.

En esta última fase, que se presenta del 25 de marzo al 30 de abril, participa el artista mexicano Mauricio Cervantes con su muestra de estampa digital La poética del vacío, que exhibirá en el espacio Factoría Habana a partir del 26 de marzo.

Cervantes, nacido en la Ciudad de México en 1965, es un artista que no se conforma con las posibilidades convencionales de su actividad. Además de ejercer la pintura, el grabado y la escultura, así como otras disciplinas, se ha volcado a vincular diversas manifestaciones del arte con vocación ambientalista. Para Cervantes, la creación involucra no sólo un proceso simbólico de invención imaginativa, sino la posibilidad real de que germine vida mediante operaciones que involucran procesos artísticos.

En Oaxaca se recuerda su actividad como creador de Matria Jardín Arterapéutico, donde fomentó la realización de estrategias artísticas con temas sobre educación, comunidad y medio ambiente. Abrió sus puertas en pleno centro de la capital oaxaqueña, en una casa abandonada, para desarrollar de 2012 a 2013 propuestas de arte junto con iniciativas ambientalistas. En ese espacio, Cervantes alojó proyectos creativos suyos y de Mónica Fuster, Joel Gómez, Christian Thornton, Guillermo Olguín, María García Ibáñez, La Piztola, Gandalf Gavan, Luis Carrera Maul, Mónica Iturribarría y Sati Zech, entre muchos otros. Años después, Cervantes conserva el sello Matria para presentar sus diversos proyectos creativos.

Después de la experiencia con Matria en el centro de Oaxaca, Mauricio Cervantes continuó produciendo obras pictóricas y escultóricas en Oaxaca, como las series El sueño de Elpis y La Tierra es Cruda y sin embargo se mueve, hasta que en 2019 se trasladó a Yucatán, donde retomó su trabajo creativo y formativo. Para entonces ya había fundado el Centro de Divulgación de Abejas Nativas, en 2015, y recibió en 2017 el premio al Mérito Ecológico que entrega la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Durante los dos años que vivió en Yucatán, Mauricio Cervantes consolidó su orientación ambientalista dentro de las artes plásticas y visuales, además de convertirse en articulista para el diario La Jornada Maya, en el cual publicó reflexiones sobre cultura y ecología.

Al retornar a Oaxaca en 2022, el artista recibió la invitación de la curadora Concha Fontenla para presentar su obra en Factoría Habana, dentro de la fase “Regreso al porvenir” de la XIV Bienal de La Habana, que presenta obras de artistas extranjeros además de la gran congregación artística cubana.

En su nueva serie de estampa digitalizada, Mauricio Cervantes toma como punto de partida la cartografía que Harold Fisk elaboró entre 1944 y 1947 para su Investigación geológica de valle aluvial del bajo Río Mississippi.

Cervantes considera ese estudio “un prodigioso mapa: una proyección del mundo que demuestra que Fisk reconoció la totalidad del río a lo largo del tiempo y del espacio, frente a la paradoja del esfuerzo absurdo de los hombres para contenerlo. Los pacientes registros de fotografías aéreas permitieron al cartógrafo dibujar los contornos de meandros y deltas con una insólita precisión verificada por la NASA 70 años después”.

Para convertir los mapas fluviales de Fisk en el fondo de sus obras, Cervantes trabajó digitalmente las cartas originales, convirtiéndolas en diseños semi abstractos sobre los cuales coloca imágenes que retratan la diversidad biótica de diferentes cuencas fluviales de América: magueyes, mazorcas de maíz, abejas, serpientes, chapulines, cangrejos, tortugas. Animales que son símbolos sagrados para las antiguas culturas que originalmente poblaron América. Inclusive evoca la línea genómica que define a las y los habitantes de América con una imagen de espermatozoides titulada El linaje de Hiawata.

En La poética del vacío, Cervantes hace figurar, asimismo, símbolos de la intervención humana que determinan la historia, como laberintos, embarcaciones, elementos arquitectónicos. Esas estructuras y artefactos son su manera de aludir a una cultura americana primigenia, el pueblo ojibwe, quien le dio nombre en su lengua al río Mississippi: el Padre de las Aguas.

Mauricio Cervantes explica su fascinación por la cultura ojibwe, en parte con la conexión que posee con los antiguos pobladores de la isla cubana y en parte por el nombre que ese pueblo se da a sí mismo Anishinaabe (Los que saben mirar pinturas). “En este caso, fui yo el impelido a mirar los mapas del río y a abrir mis sentidos al impacto que han tenido más allá de las tierras que baña. Resulta significativo revisar las oleadas migratorias que poblaron la Isla de Cuba, reconstruidas a partir de vestigios arqueológicos. Presumiblemente los primeros pobladores, del sexto milenio antes de Cristo, procedían de la cuenca del Mississippi, de Florida y Bahamas. Eran cazadores paleolíticos que iban detrás de distintas especies, como el manatí del Caribe, y algunas ya extintas, como el perezoso gigante”.

Sobre la significación de los mapas fluviales, Mauricio Cervantes ha elaborado una teoría de significación ancestral, basada en sus estudios sobre la historia de América. Refiere que su mayor interés al trabajar sobre la cartografía fluvial “está en la certeza de saber que un puñado de arena o un trozo de glaciar pueden contarnos relatos de la geología capturados lo largo de millones de años. Si las líneas de esos mapas terminados en 1944 registran de manera acuciosa los cursos del Mississippi por milenios, quiere decir que también contienen la memoria de los grupos humanos que habitaron en sus márgenes, e invariablemente la de las otras especies que empezaron a correr, a nadar o a volar allí antes de la llegada de nuestros primeros abuelos”.

La nueva exposición de Mauricio Cervantes, La poética del vacío, incluye 16 obras de estampa digital impresas sobre papel MOAB en el taller Blue Tape, de la ciudad de Oaxaca, cada una de las cuales intervino posteriormente el artista en su propio taller. Llevarlas a Cuba, explica, es una tarea compleja, debido a los costos que alcanza el transporte a la isla en estos tiempos de pandemia. Además, la Bienal de La Habana afronta este año un boicot promovido desde fuera de la isla por gobiernos y galerías del extranjero. Sin embargo, venciendo las dificultades, Mauricio Cervantes presentará en el festival de arte cubano, del 26 de marzo al 30 de abril, sus elaboradas y evocativas exploraciones sobre la historia, la cartografía, la ecología y la imaginación.

1 Comentario

  • María S. Rodríguez Cejudo.
    Posted 29 de marzo de 2022 at 10:48

    Simplemente genial, pasional, inspirador y educativo, todo el trabajo realizado por el Maestro Cervantes. En cada una de sus obras uno encuentra un sentir y un mensaje sobre la naturaleza, la investigación histórica plasmada en su arte y así como el amor que emana de ella.
    Gracias por este magnífico artículo que nos presenta y nos permite adentrarnos a su obra. ¡Enhorabuena!
    María del S. Rodríguez Cejudo.

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