Este 1 de junio se recuerda el 15 aniversario del deceso del dramaturgo, arquitecto y director de escena
Arquitecto, actor, cineasta, fotógrafo, dramaturgo y pintor, Juan José Gurrola estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero sobre todo fue uno de los principales creadores que introdujo nociones neovanguardistas en México y se alzó como aglutinante de corrientes y grupos, además de ser pionero de nuevas tendencias estéticas.
Si bien Gurrola se desempeñó principalmente como director de teatro y cine en la década de los años setenta, transitó por diversos medios.
En 1967, se trasladó a Trier, Alemania, para tomar cursos de fotografía en Kustzentrum Martiner Hof. Una década más tarde, en la misma ciudad germana, estudió dibujo, grabado y serigrafía en Sommerakademie Für Bildende Kunst, cuyos maestros fueron Mario Suarez, F. Schwarzkopf, E. Kraemer y Dieter Sommer.
De 1960 a 1962 recibió la Beca Rockefeller para estudiar dirección, producción y escenografía teatral en Alemania y en Estados Unidos. Al año siguiente, obtuvo nuevamente esta misma beca, pero ahora para especializarse en investigación de diseño y tecnología teatral. Desde 1993 perteneció al Sistema Nacional de Creadores. Fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia (1960), al Mejor Director de Teatro (1960, 1962 y 1963), el Premio Nacional de Ciencias y Artes (2004), entre otros.
Con una amplia formación en México y en el extranjero en diversas disciplinas artísticas, además de su contacto con creadores y con los teatros de muchas partes del mundo, Juan José Gurrola obtuvo una visión muy singular del escenario que nada tuvo que ver con lo convencional.
Asiduo lector de ciencia y filosofía, desde los clásicos hasta textos contemporáneos, también fue traductor de sus propias obras y reconocido como una de las figuras más relevantes del teatro mexicano de nuestros días.
En uno de sus últimos discursos, Juan José Gurrola dijo: “Yo sugeriría que todo mundo se diera cuenta de ciertas casualidades que pasan en la vida, que de pronto se despegan de la realidad y que tienen un significado muy personal. Siempre pienso que cuando éramos niños, ¿qué fue lo primero que saltó de la realidad cotidiana? A lo mejor fue la pata de león de un piano o el perfume de la tía, ¿qué fue lo primero? O un vitral que de pronto se quedó, eras niño, pero se quedó, y eso es lo que eres. De pronto es ahí, en ese momento, donde cambias para disfrutar de la belleza”.