Los productos forestales no maderables (PFNM) como resinas, gomas, ceras, fibras y agaves, representan importantes medios de ingresos económicos para miles de familias campesinas e indígenas en el país, a los cuales es necesario prestarles atención, coinciden especialistas.
De acuerdo con la información alojada en el micrositio Comunidades y Bosques del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C, (CCMSS) en el estado de Oaxaca, al menos 18 municipios cuentan con avisos o autorizaciones vigentes para el aprovechamiento de productos forestales no maderables, entre ellos Abejones, Concepción Buenavista, Cosoltepec, San Carlos Yautepec, San Francisco Cahuacua, San Francisco Teopan,San Dionisio Ocotepec y San Pedro Nopala.
Algunos de los productos que aprovechan estas comunidades están la cacaya o lechuguilla suave (Agave Angustuorum) la cual se utiliza para la obtención de fibras para jarcias o cordeles.
También el copal blanco, palo copal, incienso o copalillo (Bursera pinnata) que se usa en rituales y con fines medicinales o terapéuticos.
Además, el maguey rabo de León (Agave kerchovei) el cual es aprovechado para la elaboración de fibras. Las flores de este maguey se consumen en distintos tipos de comidas o guisos.
Sin embargo, como lo señala el CCMSS, los datos sobre la producción de los PFNM pueden ser conservadores debido a que miles de personas de las comunidades rurales en el país realizan el aprovechamiento de manera informal o no logran tener un permiso por las dificultades que esto implica.
El investigador José Blancas Vasquez de la Red Temática Productos Forestales No Maderables y la antropóloga Citlalli López de la Universidad Veracruzana sostienen que, aunque se le ha dado énfasis a lo maderable, estos productos representan un sostén en las poblaciones rurales y un factor fundamental para la salud y la seguridad alimentaria.
“Más allá de la migración y las remesas, lo que sostiene a las comunidades es justo este tipo de productos y en ninguno de los tres niveles de gobierno están prestando atención”, precisa José Blancas.
De hecho, un análisis de la Red Temática de Productos Forestales No Maderables indica que, de acuerdo con datos oficiales, en México se cosechan alrededor de 1 000 productos forestales no maderables distintos, de los cuales alrededor de 70 tienen importancia en el mercado.
Salvador Anta Fonseca, biólogo e integrante de la integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C (CCMSS) explica que el aprovechamiento sostenible de este tipo de productos en comunidades indígenas ha permitido su diversificación y conservación.
Además, permite conservar los ecosistemas gracias a las labores de manejo, el conocimiento tradicional y las técnicas de silvicultura que emplean las familias. De ahí la importancia de sistematizar y reunir la información que permita conocer los proyectos comunitarios que cuentan con avisos o permisos de aprovechamiento de productos forestales no maderables.
Por ello, dijo, es fundamental voltear a ver este sector que se encuentra aún más relegado que el de los emprendimientos forestales maderables. Valorarlo y generar políticas públicas orientadas a fortalecerlo, a través de canales de comercialización, de asesoría técnica, de créditos y apoyos económicos, ya que su labor representa una actividad estratégica en la conservación de los bosques en regiones que enfrentan presiones, afirmó.