El intempestivo desarrollo de las inteligencias artificiales ha sorprendido a sus propios desarrolladores, por lo que se ha llamado a detener su desarrollo, al menos por seis meses.
A través de una carta firmada por notables personalidades, como Elon Musk o Steve Wozniak, se ha hecho un llamado a la cordura. En palabras de los expertos que firmaron la carta «Pause Giant AI Experiments: An Open Letter», el desarrollo de sistemas de inteligencias artificiales sin control, podría representar riesgos graves para la humanidad.
La problemática actual es la falta de planificación en los impactos que estos sistemas pueden tener en nuestra sociedad.
Casos como la generación de fotografías del expresidente Donald Trump presuntamente detenido, ejemplifican los riesgos a los que nos enfrentamos como sociedad: la falta de fiabilidad y control en la información que generan estos sistemas informáticos ultra poderosos.
Los canales enteros que se dedican a citar las ventajas que nos ofrecen las IA abren la conversación, sin embargo es importante hacernos la siguiente pregunta: ¿Deberíamos permitir que los sistemas informáticos nos sustituyan?
La respuesta que se ofrece en primera instancia es un rotundo NO, sin embargo, el desarrollo de estos modelos de información y tecnología no se detendrá así de fácil.
Hoy, en la «primavera de las IA’s», deberíamos tomar un momento como usuarios y desarrolladores para reflexionar sobre los impactos, para bien y para mal, que a pocos meses de su explosión ya están repercutiendo en nuestras sociedades.
Al mismo tiempo, es urgente que los representantes populares, autoridades, academia y entusiastas pongan manos a la obra, de forma sería, para trabajar en equipo y así poder formular pisos de acción mínimos para que, por una parte, no se detengan los avances que promueven mejoras en la sociedad y se frenen, o al menos se atenúen, los impactos negativos que ya se resienten.
Será importante poner el dedo en el renglón y seguir de cerca el avance de la conversación.
La falta de planificación y regulación puede representar riesgos graves para la humanidad y el control de la información generada por estos sistemas es crucial para evitar consecuencias no deseadas.
En definitiva, ¡pongamos manos a la obra! Trabajemos juntos para asegurarnos de que las inteligencias artificiales sean nuestras aliadas en lugar de nuestras enemigas.
Es fundamental que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la importancia de regular y supervisar el desarrollo de las IA’s, sin caer en el pánico o la paranoia.
La tecnología avanza a pasos agigantados y su potencial para mejorar nuestra calidad de vida es incalculable, pero no debemos perder de vista que las IA’s son herramientas creadas por el ser humano y, como tal, deben estar al servicio del bien común y no al revés. Si logramos encontrar ese equilibrio, podremos seguir disfrutando de los beneficios de las IA’s sin poner en riesgo nuestra propia existencia.
¡El futuro está en nuestras manos y en nuestras mentes!