La ciudad de Oaxaca de Juárez ha presentado cambios importantes en los últimos años. Uno de los más alarmantes tiene que ver con la gentrificación, que es el desplazamiento físico de la población local a consecuencia del encarecimiento económico de la vida.
Hay ciertas condiciones que permiten la gentrificación. La desigualdad económica y la racialización son los principales, porque dejan desprotegida a la población local ante la invasión de extranjeros que gozan de un mayor poder adquisitivo, pero también de privilegios para acceder a los principales puestos laborales, ocupar espacios públicos con plena libertad de no ser molestados, y ser considerados clientes distinguidos por las empresas y los negocios locales. En otras palabras, la gentrificación no es un fenómeno en sí mismo, descansa sobre otros fenómenos como el racismo y el clasismo.
En suma, la ciudad física cambia, pero también la ciudad imaginada. Lo que a nivel internacional se promueve como una ciudad de disfrute y descanso, a nivel local representa un cúmulo de problemas sociales y ambientales que rebasan la capacidad de solución que tiene la ciudad. Las consecuencia capital de asumir que se vive del turismo impacta también a otras comunidades que se apropian de este discurso y lo transforman según sus condiciones, al grado que terminan viviendo para el turismo.
Representación gentrificada en la fotografía
Un problema entre tantos que se desprenden actualmente de la gentrificación tiene que ver con la representación, con la imagen cada vez más gentrificada que se tiene sobre la ciudad y sobre los pueblos de Oaxaca, sobre las expresiones culturales y la vida cotidiana. A pesar de que este fenómeno no es nuevo del todo, que ha sido promovido por la academia, el cine comercial, y principalmente el turismo, este tenía que ver con la exotización del otro, una experiencia estética ofrecida al extranjero que no siempre repercutía directamente con la población local.
En esa dinámica, el investigador o turista llegaba a una comunidad, registraba y se marchaba sin que esos registros fueran devueltos, sin que sus resultados fueran discutidos por la comunidad. Algo parecido sucede actualmente, pero por el fenómeno de la gentrificación se agudiza, ya que la representación no es presentada solamente en universidades o museos de países extranjeros, ahora son presentadas en nuestras propias universidades y espacios culturales pero dirigidas, todavía, principalmente a público extranjero.
Una de las exposiciones recientes del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo titulada De aceite, nitrato y sulfuro caído del cielo, realiza un compendio de diferentes carnavales buscando cualidades en común para construir una narrativa visual hegemónica, y lo logra sacrificando antropológicamente lo más importante que son las especificidades.Es verdad que no necesariamente se debe juzgar antropológicamente al arte, pero en el texto curatorial de dicha exposición se describía a la misma como un registro cultural importante del carnaval en Oaxaca, y sí, es importante pero sesgada.
En ese mismo sentido, hay prácticas en la fotografía que han sido, y deben seguir siendo cuestionadas. Es indignante que una copia de una fotografía de un diablo aceitado supere el precio de galería por más de diez mil pesos para su autor, sin que la persona retratada se entere de su circulación comercial, ni tenga para él una copia de su foto. También deja mucho que desear el nivel de investigación que respalda los proyectos fotográficos sobre el carnaval en general, la brecha de distancia entre quien fotografía y quien es fotografiado, al grado de no saber ni siquiera el nombre uno del otro o de la comunidad.
Políticamente esto es incompatible con los movimientos territoriales que vive nuestro estado en la lucha por la libre autodeterminación, y con la parte urbana que se resiste a ser gentrificada. Incluso estéticamente representa una experiencia superficial que construye un bombardeo de imágenes, todas con características similares, lugares comunes que llevan al espectador a ningún lado. La cultura, el carnaval, es más que una foto bien iluminada.
Una mirada comunitaria
El sábado seis de mayo se inauguró la exposición colectiva Miradas sobre el carnaval en la población de San Jacinto Chilateca, agencia de Ocotlán de Morelos. Una iniciativa en la que colaboramos Gonzalo García Luis, Eduardo García Luis, Arnulfo Efrén Luis Salmerón, y su servidor, para proponer ante la comunidad un ejercicio de la mirada a propósito del carnaval.
Apoyados con la curaduría por Julio Barrita, reunimos a un grupo de fotógrafos y fotógrafas quienes vivieron la experiencia del carnaval de esta emisión: Juan Carlos Reyes, Alonso Sáiz, Rosenda Wilde, Taylor Selsback y Gabriela HJ. fotógrafos y fotógrafas a quienes se les planteó la posibilidad de devolver parte de su obra obtenida en torno al carnaval para la exposición y para donación de archivo, quienes accedieron a ser parte de esta iniciativa. Una exposición que se planteó colectiva, pero que terminó siendo comunitaria en la medida en que la comunidad se fue integrando y apropiando de la idea.
Se compartió un taller para público infantil y juvenil en torno a la elaboración de máscaras con papel reciclado por Ana Santiago, y un taller de fotografía estenopeica por Daniela Gar, Rogelio Gonzáles y María Luisa Santos Cuéllar de Michi Taller. También se proyectaron videos de carnavales de 1995, 2011, 2019 y 2022, así como entrevistas sobre la historia del carnaval. Los marcos fueron prestados por el CFMAB, la música fue patrocinada por la Tradicional Banda La Chilatecana de Don Melesio Mendoza, y se organizó una kermés en beneficio de las niñas y niños de catequesis.
También se recibieron distintos apoyos de particulares como el señor Erasmo Mendoza Pérez, Encarnación Mendoza y Lucila Luis Santos, Mario Mendoza García, Antonia Crisóstomo, y Jaime Pérez Hernández. Todo ello con el apoyo de las autoridades locales electas en asamblea comunitaria.
Este primer ejercicio se inserta en un momento de cambios sociales importantes para nuestro estado y para nuestra comunidad en particular. Intentamos construir formas responsables de intercambio entre comunidades y creadores, no ceder ante la imagen folclorizada, demostrar que somos capaces de entrar al debate de la imagen y la autorrepresentación. Construir espacios dedicados a las actividades artísticas y culturales, a la formación de las infancias, que son el presente y futuro de nuestra comunidad. Avivar el fuego de la memoria histórica y ser críticos de nuestros tiempos.
El valor que tiene una fotografía de un carnaval de un pueblo específico está interrelacionado con otros factores como la memoria, las relaciones familiares, el trabajo, el paisaje, el disfraz, la música, por mencionar algunos, de modo que el espectador trasciende la experiencia contemplativa y detona el intercambio. Fuera de su contexto, la foto de carnaval se convierte en un souvenir, y la experiencia estética es ampliamente reducida.
4 Comentario
rufino
Felicidades Mario Cruz Mendoza
Por tu profesión muy interesante
Es grato tener una persona como UD.
Ánimo Mario bien cosas mejores
Pablo Pérez luis
Hola buenos días amigo Mario cuánta razón tienes en lo que manifiestas en tu publicación muchos emigramos de nuestro lugar de origen para buscar una mejor vida o tal vez temor a seguir viviendo por las carencias que se pasaron en nuestro tiempo pero apartir de que se cuei con la tecnología nos podemos dar cuenta de todo lo que no vivimos en nuestra comunidad como las fiestas de agosto navidades años nuevos semana santa fiestas de septiembre y el carnaval cuánto tiempo paso en lo personal ahora me doy cuenta que me he perdido gran parte de costumbres tradiciones propias de nuestros pueblos que llevamos en nuestra sangre y que nos distingue de los demás estados .. mi más sincera felicitacion y reconocimiento a todas la personas que te acompañaron para realizar la muestra fotografía y espero que no sea la última porque con estos trabajos podemos ser reconocidos en gran parte del mundo
Muchas gracias …
Ines Lucila Luis Santos
Felicidades Mario, a ti y a todo el equipo que te acompaño a que este sueño se hiciera realidad, por arriesgarse a realizar este tipo de eventos, que trajo algo nuevo a nuestro pueblo. Gente con iniciativas productivas necesitamos en nuestro pueblo. Se que este evento les costo mas que dinero, desvelos, quedarse horas extras trabajando, tocar puertas, a veces hasta sin comer pero valió la pena porque les queda la satisfacción de que todo salió bien y que todo lo hicieron por el amor a nuestro pueblo. FELICIDADES A TODO EL QUIPO!!!!! MUCHO EXITO EN NUEVOS PROYECTOS.
Irma
Muy bien. Más allà de la Gentrificación que provocan las oleadas migratorias ante las desigualdades económicas sociales en el mundo; es muy importante que los pueblos vean a la fotografía como instantes robados en el tiempo. Hay que dejar que descubran que sus rostros y entornos dónde viven se hacen arte. Y que sepan que hay otros que tienen la sensibilidad para captar esos momentos irrepetibles y compartirlos solidariamente. Y que hay otros que promueven las exposiciones para que ellos puedan verse. Es un trabajo interesante que debería promoverse en todos los lugares donde haya eventos y fotógrafos a la caza de imágenes.