Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

“Oaxaca es una gran contracultura”, grito de La Sierra Eléctrica en Neza

¿Qué es el “rock pobresivo”? Es el Oaxaca que grita contra la pobreza extrema, el que destroza la varita mágica de la Campanita local que con su tin pregona que en la entidad todo brilla y sus pobladores son muy felices, el que desprecia los likes porque no cambian nada, el que desenmascara los discursos oficiales llenos de bondad puesto que más bien son de antibondad, el que desmiente la visión guelaguetciana que nos quieren imponer, el que grita que todo Oaxaca es contracultura, oposición, rebeldía.

Es el género roquero que propuso desde hace cinco años la banda oaxaqueña La Sierra Eléctrica —integrada en la actualidad por Manuel Hernández en la guitarra, Fortino Torrentera en las percusiones y Rodrigo Islas Brito en la voz, en el canto, en la berreada, en la composición de las letras de las rolas— que este sábado 5 de agosto, a las 20:00 horas, se presentará en el Festival Oxígeno, organizado por el Colectivo Yolotzin en el Corredor Cultural de Neza de la Ciudad de México.

Vamos a territorio desconocido, es la primera vez que salimos de la ciudad de Oaxaca, estaremos con bandas de la capital del país con un perfil de rock urbano, rupestre, con músicos históricos como Armando Rosas y Guillermo Briseño, quienes presentarán libros durante el festival, platica en entrevista Islas Brito, quien apunta que su participación será un placer, pero también un gran desafío.

La inclusión de la agrupación oaxaqueña se dio a través de Pablo “Podrido” Hernández, un referente del punk en México, con la intermediación de Thorvald Pazos, quien, por cierto, le está grabando su primer disco a La Sierra Eléctrica. 

—Define “rock pobresivo” y el perfil de la agrupación: se entiende que es todo lo contrario a la “Marca Oaxaca” del exgobernador Alejandro Murat y al “Oaxaca Disney” del actual gobernador Salomón Jara— se le expone al aguerrido creador de esta banda.

—Muchas de las rolas de La Sierra Eléctrica están basadas en mis notas periodísticas. El concepto de rock pobresivo —un término propuesto por Fortino Torrentera— tiene que ver con la furia, la protesta social, va en contra del hecho de que nos quieren convencer que ésta no existe y que la realidad es lo que sucede en las redes sociales, que éstas son la vida y que el mundo cada vez es mejor.

Para este músico, escritor y periodista, las redes sociales se han convertido en un campeonato de la estupidez: “los influencers cada vez son más pendejos, más mecánicos, más absurdos en su reacción, en sus metas, en su búsqueda del dinero”, y “la gente cree que lo que hay en aquéllas es la vida, el mundo real”.

Ante tal deformación, nuestra banda no aspira a otra cosa que a lo que es: tres tipos hablando sobre la realidad del mundo y del país. Tenemos una rola que critica a las empresas mineras extranjeras que están en Oaxaca,  como la canadiense Fortuna Silver Mines, que ha depredado cualquier cantidad de territorio y ha acabado con los mantos freáticos.

En otra rola, continúa, se cuestiona la adicción al like-like-like. “Yo he sido un fanático de éste, pero pasado el tiempo y viendo cómo están las cosas ahora, ya no sé para qué diablos quiero el like y si significa realmente algo:  ¿cambia una situación?, ¿nos da oportunidad de ir a otro tipo de realidades o percepciones de las cosas? Creo que no”.

Apuntala la idea: sobre la crítica a la cerrazón del mundo en que vivimos, disfrazada de apertura, de discursos llenos de una bondad que no existe, por lo que incluso podemos pensar que son de antibondad, sobre el mundo condenado en el que vivimos y en el que nuestras esperanzas cada vez son más estúpidas —como la de que los marcianos existen y vendrán a salvarnos—, es sobre lo que va la banda La Sierra Eléctrica.

—Según Rafael Catana, México no es un país roquero. Con su inmovilidad y su costumbrismo, se pensaría que, como estado, Oaxaca lo es todavía menos: ¿qué puedes decir del rock local?

—El rock en Oaxaca sobrevive. Thorvald Pazos es una persona que ha grabado a un montón de roqueros a lo largo de los años. Desafortunadamente, los grupos no se han podido mantener porque  la escena está demasiado acotada.  La chaviza busca otros ritmos: el reguetón, el regional mexicano, los corridos tumbados.  Ya no sabe quién fue Gustavo Cerati.

No obstante, añade, el rock se mantiene porque existe una banda roquera, punketa. El ska sigue gustando. Hay portazos y madrazos. 

De acuerdo con Rodrigo Islas, Oaxaca es el escenario perfecto para que la gente enloquezca con el rock dado que aquí reside la rebeldía histórica. Hay marginación total, la gente carece de servicios, no tiene agua ni luz, y sabe que nunca va a salir de ahí. Un sector abraza al rock, el metal, el punk, porque necesita manifestar su furia, su protesta contra una sociedad tan desigual como clasista.

“En general, Oaxaca es una gran contracultura. A pesar de todo lo que nos están vendiendo, que nos imponen, eso del folclor, la Guelaguetza, el Día de Muertos a lo disney, somos contracultura, rebeldía, putazos. Y esto se va a mantener porque la gente no está viviendo mejor, no existe el lugar de ensueño que nos cuentan, eso de que Campanita nos ayudará con el tin de su varita mágica para que todo brille, sea fabuloso y las personas vivan muy felices, es puro discurso”.

Deja un comentario

0/100

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.