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“Me dijo: pues no vuelves a verlos”: Iliana y su lucha de casi 10 años

*La activista y madre de dos hijos ha tenido que enfrentarse a las violencias de su esposo, un empleado de Pemex que convenció a su hija de denunciarla por un presunto delito

Por: Lisbeth Mejía Reyes

En enero de 2021, luego de dos semanas sin que pudiera hablar con sus hijos, que entonces estaban de vacaciones en Veracruz con su padre, Iliana recibió un reclamo del hijo menor de ellos: “¿Mamá, por qué no nos contestabas?”

La interrogante fue una gran sorpresa. Ella siempre trató de comunicarse, pero las respuestas de Óscar, su esposo, eran que los niños ya estaban dormidos, habían salido, se estaban bañando, comiendo o que después le devolverían la llamada.

Ese día, poco después de su cumpleaños, Iliana Acevedo Brena confirmó sus sospechas, pues varios años antes él retuvo a los menores y cortó todo contacto con ella en venganza. Su esposo quería quitarle a los niños y para lograrlo los había puesto en su contra. Para entonces, ella llevaba casi cuatro años con una demanda de pensión alimenticia que sigue sin resolverse, al igual que la de guarda y custodia.

Lo que Óscar hacía era ejercer violencia vicaria en contra de su ex pareja, a quien desde 2014 ya la había amenazado con quitarle a los niños y la ha violentado económicamente en casi todo su matrimonio. 

En la navidad de 2016, él los tenía a su cargo y se lo remarcó: “me dijo: “pues no vuelves a verlos  y no les vuelves a hablar”” 

Iliana conoció a Óscar, su esposo y padre de sus hijos en 2008, cuando ella trabajaba como asistente de Dirección en una escuela; dos años después se casaron. 

“Mi idea era iniciar con una pareja de cero, caminar y trabajar juntos.  Y él me dice: sí claro, tú ayúdame, deja tu trabajo y yo me encargo de los demás”.

La historia en la que él manejó la mejor versión de sí para conquistarla, se convirtió a los pocos años en una espiral de violencias, en donde la principal víctima ha sido ella. Hace más de dos años que ya no tiene a su hija, Valentina. Convencida por el padre, la menor decidió quedarse con él y denunciar a Iliana por encubrimiento de un presunto delito en su contra.

“Ella acepta que el papá es el que la hace mentir”, comenta Iliana, quien hasta  este 2023 pudo intervenir en la carpeta de investigación en su contra. 

Iliana es una de cientos de madres oaxaqueñas víctimas de violencia vicaria, una que implica “violentar a través de una persona, en este caso hijas, hijos e hijes, para dañar a la madre, o sea, hay un medio a través del cual se perpetúa, no es directa”, como explica Lucía Núñez, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En 2014, Iliana, ahora representante en Oaxaca del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, decidió cortar todo lazo marital con su aún esposo por las múltiples violencias de este hacia ella y porque él tenía otras parejas. Le mintió al decirle que tenía pocos días de vacaciones (los únicos en los que veía a sus hijos), también con su sueldo, que con el tiempo ha rebasado los 100 mil pesos mensuales como directivo en Pemex, pero que aun así apenas les daba 3 mil 500 de pensión a los niños y a ella. 

“Decidí dejar de tener una relación de pareja porque él tenía otras parejas, me di cuenta que no estaba conmigo, andaba con una y otra persona”.

Sin embargo, esa decisión le ha costado ser víctima también de la violencia institucional, la de la familia de su esposo y la de todo un sistema patriarcal en el que se espera que sea la víctima perfecta.

En esta lucha por ella y sus hijos, Acevedo Brena ha conocido de las historias de otras madres que como ella sufren esa violencia de parte de sus ex parejas, que aunque ya está reconocida en el estado en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) todavía no figura en el Código Penal de la entidad.

Iliana no ha sido la única víctima de su esposo. Durante el matrimonio, en el que él convivía apenas una semana al año con los menores, supo que al menos una de las parejas previas a ella ha tenido que pelear por la pensión alimenticia. Se enteró que su esposo incluso negaba la paternidad de otra de sus hijas y acusaba a la ex pareja de ser “la mala”. 

“La historia que ellos cuentan es que la mamá es la mala, la que no actuó bien, con frases como “ yo no estaba seguro”, “no sé si es mi hija o no”. O “su mamá no me quiso”, “me engañó porque dijo que sí quería estar conmigo”.

Yo fui la buena mujer porque sí dejé mi trabajo, decidí iniciar el proyecto con él como él quería, reflexiona Iliana. Ahora sabe que quien mentía era él, pues identificó “patrones” que tuvo con las tres.

Demandas entrampadas en juzgados

En febrero de 2017 Iliana inició el juicio de pensión alimenticia, pero fue hasta diciembre de 2019 cuando el juzgado le notificó al padre. La primera audiencia del caso fue apenas hace un mes. 

Sin saberlo o porque el juzgado y sus abogados no se lo hicieron saber, Iliana no interpuso en ese momento un juicio de guarda y custodia, con el que ella se  podía asegurar de estar a cargo del cuidado de sus hijos.

“Se supone que (los dos juicios) van de la mano, pero en mi caso la jueza ni siquiera decretó la guarda y custodia provisional. Mis abogados tampoco lo hicieron. El señor no vive en Oaxaca, es un juicio que sigue abierto, que durante seis años no tuvo una audiencia”.

La demanda de guarda y custodia la interpuso en junio de 2022. Pero igual que la anterior sigue sin avances. En cambio, la demanda y el proceso en el que él supuestamente se divorcia de ella concluyó en un año o menos.

A Iliana, los juicios le han costado varios años, en los que ha tenido que costear prácticamente toda la crianza de sus hijos, superar el covid, endeudarse ante las promesas de pago de él por algunos gastos de los menores de edad. 

También ha vivido violencia de parte del personal del juzgado que lleva su caso. Ante el padre argumenta tener menos ingresos o que de su salario también depende su madre para evitar dar un monto justo. 

“En la audiencia que tuve de pensión alimenticia la secretaria, súper molesta, me reclamó, dijo que yo quería seguir recibiendo pensión del señor. Por supuesto, es para los gastos de mis hijos. Pero no puedo contestar así porque entonces escriben: la señora contestó altanera, está enojada, viene de malas. No puedo defender mis derechos porque entonces estoy mal”.

Agresiones contra la madre, pero también contra los hijos

Iliana explica que la violencia vicaria generalmente se da cuando las madres deciden que ya no quieren seguir en el círculo de violencia en que han vivido ni que sus hijos vivan en él. Pero entonces los hombres “toman a los hijos y empiezan a atacar, piden la guarda y custodia”.

Incluso, hay quienes les quitan (a las mamás) los hijos en convivencias: el 80 por ciento de los hombres lo han hecho así. “El juzgado dice: ya están con el papá, que se queden con él, cambian la guarda y custodia, o ellos (los papás) tramitan cambio de guarda y custodia y los jueces los conceden”.

En cuanto a las mamás que conservan a sus hijos, muchas están peleando juicios de todo tipo o han sido arrestadas porque los padres las acusan de incumplir con la convivencia que dictan el juez o la jueza.

En estos procesos, “los niños viven un círculo de violencia mucho más de lo que viven estando en casa porque muchas veces el juez o la jueza dice: ‘¡ah, es que la violencia es contra ti no contra los niños!’

 En algunas convivencias, incluso son los padres quienes les han quitado la vida a los hijos, refiere Iliana. 

“Para ellos es un ganar poder sobre nosotras, demostrar que lo tienen, de la manera que sea y sabemos que dentro de la sociedad el poder adquisitivo y económico lo tienen los hombres, aunque nos quieren vender la idea de que las mujeres lo estamos haciendo. O el discurso de “tú puedes, échale ganas”, en donde las mujeres son muy valientes, están tratando de seguir protegiendo los privilegios de los hombres”.

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