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GFS tala más de 100 árboles en tierras de uso común de Unión Hidalgo
Apresurada por cumplir con los objetivos del presidente Andrés Manuel López Obrador de poner en funcionamiento la línea K del Tren Interoceánico, en el cuarto trimestre de 2024, la empresa GFS, Grupo Ferrocarrilero del Sureste taló al menos 100 árboles en tierras de uso común de Unión Hidalgo, lo que generó la protesta defensores comunitarios de esta localidad istmeña.
Este martes, desde las siete de la mañana, Nobel Arenas, Andrea Manzo, Laureano Toledo y Edgar Martín bloquearon el camino del kilómetro 42 de la Línea K del Tren Interoceánico, para exigir a la empresa cumplir con los acuerdos, entre ellos no talar más árboles y entregar el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) de la línea K.
La empresa GFS, proveedora de servicios de la Secretaría de Marina y responsable de los trabajos de rehabilitación de la línea férrea K −que comprende 473 kilómetros desde Ixtepec, hasta Ciudad Hidalgo en Chiapas−, solicitó a la comunidad autorización para usar una terracería vecinal como camino de acceso del personal, así como de las camionetas y tráileres que transportan las partes prefabricadas para el cambio de vías y la construcción de los puentes que harán posible el funcionamiento de esta línea.
Edgar Martín explica que la comunidad autorizó y acordó con Yuridia Gabriel del Área de Gestión Social de GFS, apenas en diciembre de 2023, que no talarían ningún árbol, sobre todo porque es un camino que colinda con el bosque palmar, tierra de uso común de 829 hectáreas donde hay árboles importantes para la comunidad indígena. Pero ayer talaron la mitad de este camino y hoy tenían el plan de continuar con la otra mitad que corresponde al bosque Palmar, por eso llegaron a bloquear.
Ellos ya habían talado cuando menos 63 hectáreas de derecho de vía, sin reponer ni un solo árbol, pero este camino no es derecho de vía, le pedimos que no talarán ningún árbol. El bosque palmar es una fuente de trabajo mínimo para mil familias que hacen artesanías con la palma, hay plantas medicinales y una gran biodiversidad, representa parte de la identidad como comunidad indígena, explica el defensor comunitario.
Edgar enfatiza que, en esa reunión de diciembre, la empresa se comprometió a compartir la MIA de la línea K, porque hasta ahora el Gobierno federal no la ha difundido. “Podrían argumentar (el Gobierno federal) que es derecho de vía, pero el tema aquí no es si es derecho de vía o no, sino de quién es la tierra.
Para el defensor, la tala de árboles representa un impacto al derecho al medio ambiente de la comunidad, sobre todo en este escenario de cambio climático que se vive actualmente, con sequías en esa región.
El otro acuerdo con GFS era reponer los árboles, “juntos íbamos a trabajar, nosotros íbamos a recolectar las semillas de árboles nativos y ellos iban a apoyar con la malla sombra para un invernadero, fue un plan muy detallado con el área social”, recuerda Martín Regalado, quien ahora espera junto con sus compañeros defensores agendar una reunión con la Semar para darle seguimiento a su inconformidad.
El defensor recuerda que cuando se planteó la rehabilitación de la línea K el pueblo dijo que sí, que rehabiliten la línea K pero que no toquen ningún cerro.
“Ese fue el sentir del pueblo, en resumen y hemos estado al pendiente, hemos cuidado los cerros, cada semana hacemos un recorrido cuidándolos, incluso el proyecto de la Semar de tener un banco pétreo aquí se ha detenido por esa posición de la comunidad”.
Pero ahora, la idea de ellos −dice− es que en agosto terminen esas obras, porque el presidente quiere recorrer ese tramo de Ixtepec a Chiapas en el mes de septiembre. Tienen el tiempo encima, quieren arrasar, hacerlo todo a prisa.