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¿Víctima y victimaria?

El 31 de enero de 2024 la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del Partido Morena sancionó a la diputada local Lizett Arroyo Rodríguez por cometer violencia contra sus compañeros y realizar diversas ofensas sin fundamento contra los aspirantes. El organismo emitió medidas para que Arroyo Rodríguez se abstenga de participar en la contienda por la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez.

La diputada morenista por el XIII Distrito Electoral de Oaxaca fue señalada de no acatar los principios de abstenerse de expresar y difundir en cualquier medio, sin fundamento fáctico y jurídico alguno, hechos y actos tendentes a la invisibilización o invalidación del desempeño de las tareas encomendadas a las personas militantes, dirigentes de Morena, o servidores públicos abanderadas del mismo partido.

Pero apenas el 6 de diciembre de 2023 la diputada había denunciado ante la Fiscalía General del Estado ser víctima de violencia política en razón de género “a raíz de difamaciones pagadas en su contra y que ponen en riesgo su integridad física y moral”, que atribuyó a ser “la mujer mejor posicionada rumbo a la presidencia de Oaxaca de Juárez y también destaca en sus propuestas legislativas, lo cual, la ha puesto ante constante golpeteo político que busca denostar su trabajo”.

La legisladora aseguró ante la Fiscalía que “los mensajes dolosos y sin fundamento” “arreciaron en el contexto del Segundo Informe Legislativo que rindió”, cuando al mismo tiempo dio a conocer sus aspiraciones a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez.

Pese a todas las acusaciones que Arroyo Rodríguez lanzó contra sus impugnadores, el dirigente estatal de Morena, Benjamín Viveros Montalvo, anunció el 13 de febrero de 2024 que Francisco Martínez Neri, actual presidente municipal de Oaxaca de Juárez, será de nuevo el candidato a presidir el ayuntamiento de la capital oaxaqueña.

Así terminó la intensa y costosa campaña emprendida por Lizett Arroyo desde el 1 de diciembre de 2023 para ser designada por Morena como candidata a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez en las elecciones del presente año.

Arroyo Rodríguez abandonó las filas del PAN-PRD para unirse a Morena, luego de que en 2016, cuando se presentó como candidata a un cargo público, no lo obtuvo. Al lograr que el partido dominante en Oaxaca la postulara como diputada hace tres años, la empresaria supuso que tenía asegurada la alcaldía oaxaqueña.

Por ello, a finales de 2023 lanzó una intensiva campaña de autopromoción: innumerables anuncios en unidades de transporte colectivo y espectaculares difundieron por el municipio de Oaxaca de Juárez y los circunvecinos el rostro de la diputada, cuyo historial como figura pública es restringido, casi inexistente. También dio entrevistas a medios de comunicación para señalarse como “la mujer mejor posicionada rumbo a la presidencia de Oaxaca de Juárez”.

Al dar la noticia de la nueva candidatura de Martínez Neri, el periodista Jaime Guerrero hizo notar que al edil no pudieron rebasarlo sus compañeros de partido, los diputados locales Lizett Arroyo y Luis Alfonso Silva Romo, “con todo y el empuje que los caracterizó: recursos, campañas de posicionamiento, desdoblamiento de estructuras y guerra sucia”.

Sucia, en verdad, fue la precampaña de Arroyo Rodríguez y Silva Romo. La una, apoyada en el costosísimo despliegue de su imagen en bardas, autobuses, espectaculares y medios de comunicación oaxaqueños; el otro, apoyándose en el hermano del gobernador Salomón Jara, cuando se aventó la puntada de pintar de llamativos colores viviendas de la agencia municipal de San Juan Chapultepec, una de las zonas que permanecen en condiciones de pobreza extrema en el municipio capitalino.

Lizett Arroyo, empresaria de 42 años de edad, se dio a conocer como integrante de la LXV Legislatura local, en la que presidió la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, además de formar parte de las Comisiones de Administración Pública, de Bienestar y Fomento Cooperativo, de Fortalecimiento y Asuntos Municipales, de Gobernación y Asuntos Agrarios, y de Transparencia, Acceso a la Información y Congreso Abierto.

Aunque en la página oficial del Congreso oaxaqueño la legisladora aparece como abogada, no hay registro de su título en el sitio electrónico Buho Legal, donde sí aparece su hermano Jorge Leoncio, contador titulado en 2010 en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, con cédula profesional número 6660317.

Este hermano de la diputada, propietario de la empresa Grupo Constructor Pritzker, es señalado por su intervención en diversos conflictos comunitarios para beneficiar a su negocio. Inclusive ha sido señalado de estar involucrado en los conflictos que originaron la matanza de 17 personas de la comunidad de San Mateo del Mar en mayo de 2020.

A partir de enero de 2024, la aspirante a alcaldesa Arroyo Rodríguez —alarmada porque Martínez Neri no desistía de su reelección— dio en alegar que era víctima de “violencia política de género” y se atrevió a comparar su situación con la de Ivonne Gallegos Carreño, quien fue asesinada en marzo de 2021 después de presentarse como aspirante a la presidencia municipal de Ocotlán de Morelos.

La “víctima” Arroyo Rodríguez (quien pasó a ser victimaria con el señalamiento condenatorio que le hizo en enero el partido Morena) causó escándalo y polémica tras de la difusión de un audio en el que se la escuchaba reclamando a Martínez Neri el incumplimiento de un presunto pacto por el que el actual edil cedía la candidatura a la legisladora. Ambos implicados negaron que dicho audio fuese auténtico e, inclusive, Martínez Neri afirmó públicamente que cedía la candidatura edilicia a su contrincante, lo cual quedó finalmente desmentido con su nueva postulación al cargo.

Sobre la relación de Martínez Neri con los hermanos Arroyo Rodríguez arroja luz una nota de Alfredo Luis, del medio Opinión Voz del Istmo, quien el 11 de septiembre de 2020 rememoró que el hermano de Lizett Arroyo, Jorge Leoncio, comenzó su carrera política en la UABJO en tiempos en que Martínez Neri era rector.

Por su parte, Lizett Arroyo, en plena campaña para mostrarse como víctima de violencia política de género, fue increpada por “un grupo de mujeres que presuntamente fueron acarreadas a cambio de un pago de 300 pesos y que finalmente sólo les dieron 100 pesos”, según nota de Pedro Matías en Proceso del 23 de enero de 2024.

Previamente, comenta la nota, el 20 de enero, la legisladora encabezó una “protesta” desde la Antimonumenta de la fuente de las Ocho Regiones, lo que fue calificado por sus impugnadoras como “un acto de oportunismo y simulación negligente ante las mujeres muertas por feminicidio al recalcarle que ‘no le debemos sororidad a una mujer violenta y oportunista’”.

El corresponsal de Proceso informó que la Colectiva Chicatanas aclaró que “la Antimonumenta instalada en noviembre de 2021 en inmediaciones de la fuente de las Ocho Regiones es resultado del trabajo colectivo que implicó años de articulación entre colectivas, organizaciones y mujeres independientes en el estado de Oaxaca, pero sobre todo que representa el dolor, la rabia y la ausencia de cada una de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio”.

Finalmente, el caso de la frustrada candidatura de Liz Arroyo —esposa del presidente municipal de Tlaxiaco, Miguel de Jesús Pérez Vásquez— evidencia cómo los partidos políticos de todo signo y condición confiscan demandas de género para forzar el acceso al poder de mujeres que no sólo carecen de compromiso feminista, sino que usurpan y contradicen el discurso feminista en su afán de colocarse en cargos públicos.

A la periodista Maribel Martínez, del medio informativo Río Oaxaca, Lizett Arroyo aseguró en marzo de 2021 ser “parte de una familia empresarial que se dedica a varias actividades, entre ellas la construcción, bienes raíces y además de ser madre de 40 niños los fines de semana —en alusión a su activismo social en favor de los derechos humanos, la alimentación y el cariño de niños en situación de abandono y discapacidad—”.

Desde luego, la diputada no le manifestó a la periodista que al menos una de las empresas de sus familiares es señalada por atizar conflictos comunitarios. Quizá, con el impedimento que Morena le ha puesto, la empresaria vuelva a ocuparse de los 40 niños que dice atender los fines de semana. O quizá simplemente cambie de partido, como tantas otras y tantos otros, para buscar la presidencia municipal de Oaxaca en 2024.

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