Políticas turísticas y prácticas comerciales que benefician a empresarios, pero agudizan y perpetúan las desigualdades sociales. Estos son algunos de los temas sobre los cuales reflexionaron en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca durante presentación del libro colectivo Desprecio y despojo: turismo y gentrificación en Oaxaca
El libro es un texto «fragmentario» que pone énfasis en el impacto del crecimiento del turismo en el estado, al menos así lo definió Marcos Esmar, editor, activista e integrante del colectivo Espiral del pensamiento crítico.
Las reflexiones responden a una narrativa oficial: “la clase gobernante presenta a Oaxaca como el corazón espiritual de México, la gran reserva, el lugar más pintoresco y bonito”, pero a la par población local vive con los peores sueldos del país, se vive con represión, con violencia en contra de pobladores y personas defensoras del territorio. Se vive con las prácticas más abusivas que puede tener el sistema capitalista”, destacó Esmar.
Esa es la contradicción, lo paradójico, indicó el activista sobre este proceso denominado gentrificación sobre el cual se puso énfasis en el impacto del discurso que insiste en la frase «Oaxaca vive del turismo», con la cual se permiten una serie de prácticas que a la larga se vuelven casi incuestionables.
Como ejemplo mencionó el tema del abastecimiento del agua, en el que se prioriza al sector que tiene acceso a los recursos económicos.
“Sí Oaxaca somos gente que vivimos del sector terciario, todos sabemos lo que es la explotación, lo que implica la prestación de servicios: despotismo, desprecio, racismo, violencias machistas al interior de los centro laborales, todo para fortalecer una industria que se basa en las desigualdades económicas”.
Andrea Bell Arruti, editora e integrante del colectivo Coníferas Tropicales, considera que la gentrificación es la punta del iceberg de un proyecto colonizador que nunca terminó, “la cara urbana del despojo que se vive en Oaxaca”.
Los beneficiarios de esta “industria sin chimeneas” —como definen al turismo, aunque no por un reducido impacto ambiental, sino por generar dinero a escala industrial, sin fábricas— coincidieron, siguen siendo los grandes empresarios, los gobernantes, las familias que siempre han tenido el poder adquisitivo. “La clase dominante política y económicamente”, concluyó una de las asistentes.
Esmar anotó que este concepto de gentrificación, que hace referencia a una transformación selectiva de los espacios públicos en zonas de valor patrimonial e impacta en lo local, está dando pie a que muchas otras reflexiones se agrupen.
“De repente vamos pensando en despojo, en la hipsterización y la gourmetización, en cómo quieren volver a esta ciudad es una ciudad boutique.
El joven activista considera que todos estos conceptos se unifican, forman una amalgama, por lo que considera necesario leer este proceso en conjunto así como en sus especificidades.
El libro o Zibro, como le llaman los colectivos por ser un fanzine con formato de libro, puede adquirirse por medio de la cuenta de Instagram: @caminocaracolcicloespiral.