En los últimos años se han elaborado en México, y a nivel internacional, leyes y convenios que, según organizaciones y colectivos ciudadanos en defensa del maíz, fomentan la apropiación y saqueo de conocimiento ancestral en relación con las semillas y en Oaxaca en particular ha sido a través de los denominados Convenios de bioprospección.
Durante el Foro Internacional Nuestras Semilla Nativas y la Propiedad Intelectual realizado en Oaxaca el pasado 29 de agosto, el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, y un equipo de personas defensoras advirtió que estos convenios de bioprospección, en la realidad son de biopiratería, con los que han engañado a comunidades para que cedan sus recursos.
Mencionaron por ejemplo el caso del maíz olotón, que hoy se quiere apropiar la empresa Mars Inc. para patentarlo y convertirlo en su negocio mundial.
Otro ejemplo es la Versión 91 del Acta de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV 91), la Ley Federal de Variedades Vegetales y el Convenio de Diversidad Biológica y el Protocolo de Nagoya, Pero estas legislaciones apuntan, ha excluido a los pueblos originarios.
“Con estos instrumentos legales, nacionales, locales e internacionales se insiste en protocolos para establecer convenios que dan a las empresas acceso a recursos genéticos con empresas”, mencionaron durante este foro internacional realizado en la Casa de la Ciudad en la capital del estado.
Claudia Calderón de la Universidad de Wisconsin expuso que la visión de los pueblos indígenas entran en conflicto con el capital, ya que estos pueblos y comunidades el maíz y las semillas no tienen fronteras, “son sagradas desde nuestras culturas milenarias”.
A esa afirmación se sumó Ricardo Velasco, un mixteco de Tlaxiaco, Oaxaca quien compartió que la vida campesina ligada al valor del maíz no es sólo dinero, es invaluable. “Campesino con maíz, es campesino feliz”, dijo.
Durante el foro que también fue un intercambio de experiencias, una de las principales preocupaciones fue que están quitando la oportunidad a futuras generaciones humanas y no humanas de las semillas.
Eduardo León, mixteco del Centro de Desarrollo Integral Campesino de La Mixteca, Cedicam. A. C dijo que las semillas son símbolo de la sabiduría agrícola y cultural de los pueblos originarios, por ello han apostado a resguardar los sistemas milenarios mediante reservas familiares.
Elena Terry de la nación Ho Chunk, dijo que su generación es heredera de las pasadas siete generaciones y que ahora están luchando por ser buenos ancestros de las próximas siete generaciones.
Desde este foro exigieron, que en el cambio de gobiernos que se están dando en la región, se respeten los marcos internacionales de derechos humanos, en especial el derecho a la alimentación, por encima de los tratados comerciales internacionales y frenar la política económica que se impone a través de diferentes formas de violencia. Semillas libres de patentes, transgénicos y agrotóxicos.