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Caminando entre los pasillos de libros se abre paso un señor de unos 70 años, se detiene en un stand y pregunta por códices a los libreros que apresuradamente colocan sus ejemplares para estar listos en la inauguración de la 44 edición de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, que este año 2024 ocurre en el zócalo de la capital.
Los libreros le responden rápidamente con una negativa, se ocupan de ordenar y limpiar su espacio del fino polvo que llega de las obras de rehabilitación en el quiosco que realiza el ayuntamiento capitalino.
El señor se aleja con un gesto como de decepción en la cara, su paso por el pasillo de atrás es algo apresurado, pero alcanzo a preguntarle qué buscaba. Códices, libros sobre códices, pero no tienen nada estos cuates, me responde y vuelve a retomar su camino sin decirme su nombre.
Del otro lado, ya está casi listo el escenario, es un pasillo que va del Hotel Marques del Valle al restaurante Mayordomo, con dos foros, uno al lado de la catedral Metropolitana y otro en un pasillo de la Alameda de León. Este año los organizadores de la FILO informaron que en vez de hacerlo en el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, regresaría al espacio público y abierto. Han dicho que para estar más cerca de quienes la han acompañado a lo largo de casi medio siglo de tradición librera.
Esta edición guarda contrastes con las anteriores ediciones, al menos con las tres últimas, el primero y el más evidente es el cambio de sede; también el discurso de promoción, que ahora no hace énfasis en la feria entrañable sino que se centra en la promoción de proyectos gestionados por editores independientes y la participación de mas editoriales locales.
Lo otro es que ahora recibe menor financiamiento del Estado, este 2024, la iniciativa no fue seleccionada por el programa de Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (Profest) de la Secretaría de Cultura federal y según testimonio del responsable de la Secretaría de la Cultura y las Artes, Víctor Cata, este año solo recibió el 10 por ciento con respecto al monto que se le dio en 2023, es decir 300 mil pesos de dinero público del gobierno del estado.
El secretario asegura que desde el 2023, hay un seguimiento de los gastos que realiza Fondo Ventura porque son cuestiones administrativas. “Es dinero público que se tiene que transparentar», dice.
Ellos tienen una trayectoria. Llevan más de cuarenta años haciéndolo, apunta el funcionario. Aunque la mayor parte del dinero es público, se le interpela, a lo que guarda silencio.
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Sobre el exhorto que hace unas semanas emitió el Congreso local para vigilar la aplicación de los recursos, informa que desde el año pasado, cuando se le otorgó tres millones de pesos, se les pidió por primera vez incidir en la programación de dicha feria.
“Nosotros participamos con 16 actividades relacionadas con las culturas y las lenguas originarias de nuestro estado. Hubo conferencias, mesas de análisis, conversatorios sobre el papel de las mujeres como transmisoras de conocimiento, y de distintos programas que están elaborando desde la Seculta, bueno, desde las comunidades de las diferentes regiones del estado”, abunda.
La secretaría incidió, le pedimos más apertura con los libreros independientes, dice en esta entrevista telefónica que se consigue después de varios esfuerzos. Inmediatamente enumera los nombres: Cuatro Triángulos, Laboratorio Editorial y Comelibros.
En cuánto al manejo de los fondos, dice que se les pidió usar el dinero para el pago de honorarios para artistas y escritores, escritoras locales y nacionales, no para extranjeros.
El programa literario que el consorcio Fondo Ventura, Editorial Almadía y la Proveedora Escolar realiza para esta feria, con el apoyo de esfuerzos públicos y privados consta de casi 200 actividades, un 50 por ciento menos que el año anterior.
La fiesta de las letras, como le llaman, ofreció ayer como evento inaugural el Jam de Escritura y Dibujo. Los escritores Tanya Huntington y Francisco Hinojosa; y las ilustradoras Mariana Ruiz Johnson y Amanda Mijangos, compartieron sus talentos de literatura y arte visual a los asistentes.
A la inauguración asistieron los organizadores, los empresarios Guillermo Quijas- Corzo, gerente de la Proveedora Escolar y Vania Reséndiz, presidenta de Fondo Ventura, pero esta vez no tomaron el micrófono.