Texto y Foto: Diego Díaz
Asunción Cortés es originaria de Santo Domingo Tehuantepec. A lo largo de su vida se ha dedicado a bordar trajes regionales, característicos de las mujeres tehuanas.
Aprendió a bordar a los 12 años. Después de terminar la escuela primaria ya no pudo seguir estudiando. Su madre le sugirió aprender un oficio que más adelante fuera un apoyo para el sostén familiar.
Asunción decidió bordar, pues no le agradaba hacer pan, ni rezar y menos confeccionar vestidos. Inició sus clases con Irma Chari, una señora a la que su madre le pagaba 20 pesos mensuales. Pero al poco tiempo desistió.
Poco después fue con Sósima, un joven homosexual que, dice, realizaba trajes hermosos. Pero lo que la motivó aprender el bordado fue la atención de su “maestra”. Por la mañana Sósima le ofrecía una taza de café con pan antes de iniciar a pinchar, luego le ofrecía el almuerzo con una botella de refresco.
Asunción recuerda que tomar un refresco embotellado en esos años era un lujo, porque la mayoría de las familias eran humildes y no había dinero para comprar. “Yo era feliz, en casa no había dinero porque mi papá era campesino”
La mujer istmeña cuenta que al día bordaba una rosa grande, de tres flores que llevaba el lienzo y tal vez por eso comenzó a destacar entre las otras aprendices, incluso de las que ya tenían más tiempo practicando el bordado. Así comenzó a ganar. Después de 50 años, sigue bordando trajes utilizando colores vivos para combinarlos en cada pétalo de flor que borda.
“Todo sale de la imaginación y de mi cabeza”.
La primera y última puntada de un traje bordado la doy yo, aunque tarde unos cinco meses bordando, cuenta con satisfacción la mujer istmeña y detalla que uno de los mejores hilos para el bordado en la marca “anchor” pues pude pasar el tiempo y el color permanece firme, el hilo es más resistente, aunque la mayoría utiliza la marca “Iris” para economizar en su inversión.
Asunción parece tener claro que lo primero y lo más importante es la calidad y entregar un traje que le dé satisfacción, “que la gente diga: hermoso, que bonito trabajo, sin importar la duración”.