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El depredador en campaña

El 14 de abril el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz convocó a los medios en la capital oaxaqueña para dar a conocer que es el coordinador en Oaxaca de la campaña de Xóchitl Gálvez Ruiz a la Presidencia de la República, por los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática.

Es significativo que el temible Ruiz Ortiz, conocido como experto “mapache” electoral antes de convertirse en el más sangriento mandatario de Oaxaca, sea el coordinador electoral de Gálvez, luego de que en septiembre de 2021 el propio Ulises Ruiz fue expulsado de su partido, el PRI, “por participar en el bloqueo a las instalaciones del tricolor en junio de ese año”.

En diciembre de 2021 el Tribunal Electoral de la Ciudad de México revocó la resolución con que la Comisión de Justicia Partidaria del PRI expulsó a Ruiz Ortiz. Éste lo celebró con un mensaje en redes sociales: “Quedan a salvo mis derechos partidistas. Contra las trampas de @alitomorenoc, se impone la justicia”.

Pese a que logró su readmisión al PRI, Ruiz Ortiz rompió de hecho con el instituto político en 2022, al anunciar que formaría un nuevo partido e iría por la presidencia como candidato independiente. Sin embargo, en los primeros días de enero de 2024 el Instituto Nacional Electoral anunció que ningún aspirante independiente logró las firmas necesarias para contener en las elecciones de este año. Ulises Ruiz apenas reunió poco más de 90 mil firmas de las 967 mil que necesitaba.

Poco después de ese fiasco, el ex gobernador —a quien la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló como responsable de violaciones graves a garantías individuales durante el conflicto social ocurrido entre 2006 y 2007 en Oaxaca— se coludió con la candidata Xóchitl Gálvez Ruiz para ser su coordinador de campaña en el estado donde se acusa a Ruiz Ortiz de graves crímenes.

Para justificar su afiliación a la campaña del PRI, PAN y PRD, Ulises Ruiz declaró: “Yo he seguido haciendo política y nunca me he ido de Oaxaca, solamente no participo en la política local, pero sigo caminando por el país, porque después de que logre que Xóchitl Gálvez sea presidenta de México voy a buscar las firmas para constituir un nuevo partido político”.

Así, el político señalado como uno de los peores depredadores de Oaxaca regresa a operar una campaña política, pero esta vez, sin los privilegios de que gozó cuando era parte del gobierno como uno de sus más siniestros operadores electorales. Inclusive insiste en que formará un nuevo partido.

Como lo señaló el actual encargado de la Jefatura de Gabinete de Gobierno del estado, Flavio Sosa Villavicencio, “Ulises Ruiz es el exgobernador que saqueó Oaxaca de 2004 a 2010 y le estalló un conflicto, una rebelión popular en 2006. Él no es un político, es un perverso operador que se ha distinguido por hacer fraudes electorales en distintas partes de la República”.

Es notorio el menoscabo actual de la banda política que controló a Oaxaca hasta 2018. A un mes de que culmine la campaña electoral en todo el país, los candidatos del PRI, del PAN y del PRD para puestos de elección popular pasan inadvertidos en territorio oaxaqueño. Sólo se sabe de unos cuantos que se dieron a conocer hace meses para cargos legislativos; por el PAN, Juan Mendoza Reyes; por el PRD, Tomás Basaldú Gutiérrez, Daisy Ortiz, Julio César Rodríguez López y José Alberto Clemente.

En un territorio estatal dominado por los partidos Morena y Verde Ecologista, las candidaturas de opositores suenan como una lamentable pérdida de tiempo. Ante la ausencia de postulantes por Acción Nacional, la dirigente de ese partido en Oaxaca, Perla Woolrich Fernández, salió a achacar esa ausencia al miedo que tienen los panistas por los recientes asesinatos de autoridades y aspirantes a cargos de elección popular.

La dirigente estatal del PAN citó los homicidios de Joaquín Martínez López, presidente municipal de Chahuites por el PVEM, y Palemón Vásquez Cajero, postulado por la coalición Partido de Unidad Popular-Nueva Alianza. Extraño temor de los panistas, porque ambos asesinados eran parte de las alianzas de Morena en Oaxaca. Y el más reciente candidato ejecutado, Alberto Antonio García (de San José Independencia), era también de Morena.

Más bien, los integrantes de Morena son quienes debieran temer la presencia de Ulises Ruiz en este proceso electoral, no sólo por su historial de fraudes electorales y agresiones a quienes eran la oposición cuando el ex priista era parte del gobierno, sino por sus ataques a rivales dentro del propio PRI.

Como bien recordaron Álvaro Delgado y Alejandro Páez en un reciente reportaje sobre el negro historial de Ulises Ruiz, el ex gobernador fue expulsado del PRI “luego de que la dirigencia del partido lo acusara de haber enviado a hombres armados a la sede del partido en la Ciudad de México para atacar a otros militantes”.

Eso, sin contar que el gobierno de Ruiz Ortiz en Oaxaca quedó manchado por sus actos de represión, entre los cuales se cuentan “ejecuciones extrajudiciales —entre ellas las de los periodistas Raúl Marcial Pérez y Bradley Will—, y cientos de casos de detenciones arbitrarias y de tortura”, como apuntan Delgado y Páez, e inclusive por una denuncia presentada contra el ex mandatario en el Tribunal Internacional de La Haya.

Así, Xóchitl Gálvez, la “candidata ciudadana”, ha investido como su máximo representante en Oaxaca a un represor denunciado en un tribunal internacional, a quien sus propios ex cómplices repudian en la rebatiña de posibles y cada vez más lejanos cargos públicos que el PRI y el PAN tratan de arrebatarse con desesperación, mientras los representantes del PRD acaso rezan para que su partido no sea borrado del mapa por falta de votos este año.

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