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Así como los mezcales espadines madera, empalme con maguey largo y abocado con cacao que invitan, respectivamente, Sandra Ortiz Brena, Graciela Ángeles Carreño y Silvia Philion, poseen distintos aromas, texturas y sabores, pero coinciden en su pureza, calidad y tradición histórica, de igual manera, el Festival ‘Mujer Agave’ que las tres organizan busca manifestar, al mismo tiempo, la diversidad de los quehaceres de las mujeres y la unidad que requieren en la cadena productiva mezcal-maguey de Oaxaca y el país.
El festival, que se realiza hoy y mañana, de las diez de la mañana a las diez de la noche, en Proyecto Murguía (ubicado en el número 103 de la calle homónima del centro de la ciudad de Oaxaca), congrega por primera vez a mujeres que participan en todos los procesos del cultivo de maguey y la producción de la bebida: de la siembra de la planta a la investigación científica en todos los sectores, pasando por la dirección de un palenque o una empresa del ramo, la comercialización o la creación de coctelería.
Las representantes de tres mezcalerías emblemáticas de la ciudad de Oaxaca —In Situ, La Casa Grande y la Mezcaloteca—, exponen una certeza: el mezcal sobrevivirá a la moda porque no es sexenal.
—¿Cómo le fue al mezcal en el sexenio de Alejandro Murat y qué esperan para el del gobernador Salomón Jara Cruz?
Más allá de los sexenios de gobierno, para Silvia Philion, responsable de la Mezcaloteca, el festival busca afianzar y apoyar proyectos que promueven los mezcales tradicionales por medio de un frente común porque “se nos viene duro la moda y la fama del mezcal por su tendencia a la industrialización”.
Advierte que si no hay unidad de los proyectos que han estado desde el principio con los mezcales más antiguos, “ahí se empieza a perder la cultura y todo se vuelve industria”.
El festival busca formalizar la unión de proyectos que han apoyado la cultura del mezcal en Oaxaca desde hace más de una década y de ahí abrir las puertas a lo demás que viene, precisa.
El mezcal “no tiene que ver con un asunto sexenal”, apunta por su lado Graciela Ángeles Carreño, representante de la mezcalería La Casa Grande y de la marca Real Minero, y por eso nosotras estamos centradas en lo que como productoras estamos planteando hacia el futuro.
El presente encuentro pretende que las mujeres que se dedican a estudiar la bebida desde diferentes enfoques compartan sus reflexiones y, principalmente, la necesidad de preservar la diversidad biológica y la responsabilidad que tenemos de conservar la cultura del mezcal.
Principalmente, sostiene, porque el mezcal es más que una bebida alcohólica, pues representa tradición e historia, y hoy “está pasando por una transición en la que todos los oaxaqueños somos responsables de lo que ocurra con el mezcal”.
En realidad, expone Sandra Ortiz Brena, de la mezcalería In Situ, el mezcal siempre ha estado de moda y los sexenios van y vienen. “Para mí es igual, porque estoy enfocada en otra responsabilidad, que es la que también manifiesta el Festival ‘Mujer Agave’, que es la de tratar que todos nos demos cuenta que beber destilados tradicionales no tiene que ver mucho con la moda actual, sino con un proceso cultural”.
El mezcal ha sobrevivido a muchas cosas, como las prohibiciones, y lo hará también en relación con la actual moda que, desafortunadamente, va en detrimento de la calidad y otros aspectos valiosos de la bebida.
Este encuentro busca crear las bases para que hacer conciencia y mirar de otra manera esta increíble bebida, enfatiza.