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FILO: feria de pueblo sin globos

Hace unos años, en la sala de espera del aeropuerto de la ciudad de Oaxaca, un periodista local —nacido en la Ciudad de México, pero radicado en esa capital— escuchó hablar sin querer a dos escritores nacionales sobre la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO):

—Es una feria de pueblo, pero pagan bien— dijeron.

Alguna vez pregunté a Guillermo Quijas Corzo, el mandamás de la FILO, si era cierto que le pagaban cantidades exorbitantes —para los estándares de Oaxaca, que siempre es uno de los tres estados con más pobreza económica del país— a las gurús y los star system que traía a dicha feria, pues se hablaba que les daban 250 mil pesos por sus conferencias.

—No y mil veces no— respondió.

Desde luego, como reportero veterano, leí sus ojos y no le creí en absoluto. No en balde sabía, por boca de dos fuentes de primera mano del viejo unomásuno, que a Carlos Monsiváis, allá por finales de los años noventa, por una conferencia dada a los sindicalizados del metro —el Sistema Metropolitano de Transporte Colectivo— le pagaron 30 mil pesos, pero que, además, dado que a los ingenuos agremiados se les hizo fácil publicar parte de esa plática en su gaceta interna, el ensayista les habló y les dijo que eran 15 mil más.

—Dame el recibo y lo publicamos— dije, cuando trabajaba para la sección cultural que dirigía el máster Víctor Roura en El Financiero.

—No pues no, esos tratos se hacen en cash, sin recibo de por medio, para que no haya evidencias— me respondieron.

Esos dos escritores nacionales que hablaron de más en el aeropuerto de Oaxaca eran de medio pelo: si les pagaban por sus presentaciones, porque según Quijas no, serían como  70 mil pesos, además, claro, de pasearlos, alimentarlos y embriagarlos en Oaxaca.

Coincido en que la FILO es una feria de pueblo —claro, apócrifa, pues la ferias de pueblo son una chingonería: con sus canicas y globos para ganarse muñecos de peluche—. Sobre todo por su característica de ser coto de cacique, entendido éste como una especie de ignorante ilustrado indígena al que le gusta la glotonería occidental en todos los sentidos, una mezcla del tirano prehispánico y el conquistador codicioso español.

Como buenos pueblerinos, a los de la  FILO los apantallan las escritoras que viven en un depa de Nueva York, se sientan en flor de loto en su king size y escriben sobre la miseria humana, o las que inventan nuevas fórmulas literarias para decirnos nada, pero de repente, como buenos comerciantes, se dieron cuenta que el mundo había girado y ahora el marketing busca a los indígenas que son intelectuales: los mixes, por ejemplo, los jamás conquistados, que no duden que al  rato capaz los vemos escribiendo sesudas reseñas sobre un Kondoy versus Pocahontas o Coco.

Como los de la FILO han de tener headhunters, para su edición 2023 le echaron el ojo a las editoriales independientes que, aunque siempre han existido en la entidad, en los últimos años han aparecido como una oleada cabrona, sobre todo las que ha lanzado la chaviza.

Se pusieron a invitarlas a lo güey. Algunas cayeron, unas ya sabíamos que de independencia tenían lo que esos hípster que dependen de su madre hasta los 40 para realizar sus proyectos sin que nunca sean exitosos, de otras nos dábamos cuenta que eran unas mañosas que estaban esperando su oportunidad. El chiste es que la convocatoria es un agandalle. Está pensada, como siempre con los de la FILO, para vestirse de lo que no son con la ropa de otros. 

Estas son las “condiciones” de la convocatoria:

CONDICIONES

● La participación será sin costo.

● El stand cuenta con 9m2 (3×3 metros) para albergar a todos a los sellos

editoriales del perfil antes mencionado que quieran participar ; en caso de que muchas editoriales se manifiesten interesadas, se valorará habilitar un segundo espacio de stand para albergar más sellos interesados.

● Sugerimos que cada editorial seleccione hasta 60 ejemplares de los títulos que considere y quiera exhibir en el stand para lograr una exhibición adecuada. Se podrán hacer resurtido de ejemplares a lo largo de toda la Feria.

● Entre todos los sellos participantes se deberá cubrir la totalidad del horario en que el stand deberá permanecer abierto al publico y visitantes, es decir de 9:00 a 20:00 horas de sábado 14 a domingo 22 de octubre, del 2023.

● Participar en el montaje y desmontaje en el stand del acervo bibliográfico del sello que represente.

1 Comentario

  • Fernando Guzmán Aguilar
    Posted 6 de octubre de 2023 at 08:48

    Que buen texto Renato. Informativo, crítico y con alguna chispa de humor. ¿Quiénes eran esos escritores de medio pelo? Abundan seguro en México. Pero nomás para que no me agarren desprendido… pregunto

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