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Diversos colectivos de jóvenes protestaron este sábado sobre las principales calles de la capital de Oaxaca, para manifestar su rechazo ante el fenómeno creciente de gentrificación en los últimos años, la falta de servicios básicos, costos excesivos por viviendas, y condiciones precarias de trabajo.
La protesta tuvo dedicatoria al Estado, empresarios y extranjeros. “Esta marcha va para ustedes, para reclamar, exigir y hacer respetar este territorio que es nuestro”, dijo una de las participantes antes de iniciar la caminata.
Los manifestantes recorrieron las calles con música de banda, marmota, fuegos artificiales y pancartas. Gritaron consignas como “Oaxaca no es mercancía, alto al despojo de nuestros bienes y cultura…”, reclamaron la falta de agua, argumentando que no es escasez sino despojo; pintaron paredes con leyendas como: fuera Airbnb de Oaxaca, fuera gringos, entre otras; y rompieron cristales de algunos comercios y bancos.
Después de la marcha, en el zócalo capitalino exigieron a las autoridades la regulación inmediata de las prácticas de mercantilización de la vivienda y la cultura provocadas por ese fenómeno de transformación de la ciudad, a las que calificaron como «injustas y desiguales».
“Nadie puede negar a estas alturas que hay una cantidad de turistas de primer mundo que viene a Oaxaca a quedarse, encantados por su riqueza cultural y territorial, y a crear “jugosos negocios”, declararon.
Como ejemplo, contaron que comienzan a rentar departamentos en zonas céntricas y periféricas estratégicas, desplazando a la población local de sus hogares para después subarrendar en plataformas como Airbnb a un público extranjero.
Estas personas “nómadas digitales”, abundaron, cobran con monedas de mayor valor económico y viven a sus anchas en territorios con contextos desiguales. Así llega a imponer lógicas económicas y formas de vida que no corresponden a la realidad de la mayoría de los locales.
También denunciaron que como parte de esos negocios creados con capital extranjero, han llegado empresas de moda en busca de textiles tradicionales de los pueblos para revenderlos; cadenas de streaming que se benefician lucrando con su cultura; empresarios que invierten en la industria del mezcal, “una de las más avasalladoras”, convirtiendo a una gran parte del estado en territorio de monocultivo.
Todas estas prácticas han generado disgusto entre sectores de la población oaxaqueña. Refieren que no solo atenta contra la economía, los diversos ecosistemas que hay en el estado, sino que se atenta además contra las prácticas culturales de los pueblos.
La manifestación convocada en redes sociales, como sociedad civil, terminó en el zócalo capitalino cerca de las seis de la tarde. Minutos después, la Policía Estatal detuvo a seis activistas participantes.
Después de la detención de los activistas, sus compañeros y compañeras denunciaron persecución del gobierno estatal encabezado por Salomón Jara. Dijeron que fueron detenidos con excesivo uso de la fuerza atentando contra su integridad y sus derechos humanos.
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