Rocío Flores

OAXACA, Oax. Habitantes de San Dionisio del Mar se sumaron a la exigencia de mujeres y hombres zapotecas de San Blas Atempa de detener la construcción de la subestación eléctrica de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el parque eólico Granja Sedena en esa región del Istmo de Tehuantepec.

Desde el pasado lunes, un grupo de indígenas zapotecas habitantes de las agencias de Loma Bonita, Rancho Llano y Puente madera  del municipio de  San Blas Atempa, bloquearon la Carretera Federal Panamericana a la altura del tramo carretero  Juchitán-Tehuantepec.

Posteriormente  instalaron un campamento  para exigir al gobierno del estado se respete el acuerdo firmado el pasado 12 de abril. El grupo  de manifestantes  -integrado mayoritariamente por mujeres-  expone que la obra  no tiene el aval de la asamblea comunitaria.

De acuerdo al colectivo, la empresa Tradeco está provocando con la extracción de material pétreo, afectaciones ambientales en la zona del cerro Iguú,  considerado por ellos un lugar sagrado.

Lo que está sucediendo en San Blas Atempa ocurrió también en San Dionisio del Mar, cuando se intentaba instalar el proyecto eólico Mareña Renovables, manifestaron integrantes de la Asamblea de Pueblos de San Dionisio del Mar en Defensa del Territorio.

Ayer viernes, después de realizar una marcha de la Penitenciaria al centro de Tehuantepec,  los defensores hicieron pública su solidaridad con este pueblo zapoteca, a través de un comunicado.

[quote]“Vemos con preocupación lo que está sucediendo en San Blas Atempa, el gobierno federal y estatal persiste las mismas prácticas”, manifestó Pedro Orozco Marquez, del colectivo de defensores de San Dionisio del Mar, en breve entrevista.[/quote]

El colectivo de indígenas ikoojts al que pertenece Pedro Orozco, emprendió en 2012 una lucha contra la empresa Mareña Renovables que pretendía establecer una eólica en el punto conocido como Barra de Santa Teresa.

La inconformidad y  defensa de este lugar  trajo como consecuencia agresiones a defensores y defensoras  comunitarios sin embargo los ikoojts lograron detener el proyecto.

Para ellos  lo que sucede de San Blas Atempa es familiar. Según sus testimonios,  “los gobiernos violentan los derechos de los pueblos originarios. Captan líderes regionales y locales, comisariados y presidentes municipales”.

Hasta el día de hoy el campamento de mujeres y hombres zapotecas continúa, después de más de 4 días, mantienen su resistencia y exigen ser consultados de las obras que se realicen en terrenos de su propiedad.

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