En una carta enviada a finales del mes de septiembre al artista oaxaqueño Rubén Leyva, el crítico de arte Fernando Solana Olivares exhorta a la asociación Amigos del MACO a pagar los salarios y las prestaciones que adeudan a los trabajadores y restablecer la relación administrativa y financiera con la Secretaría de la Cultura y las Artes para garantizar el subsidio operativo de la institución.
Además, propone a Rubén Leyva reconstruir y renovar la mesa directiva de Amigos del MACO, comenzando por la presidencia que durante años ha ocupado: “Todo ciclo llega a su fin. Te honraría renunciar a tu cargo para propiciar una etapa de reconciliación artística y cultural”, sugiere el intelectual.
El también escritor Fernando Solana Olivares fue director del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) hasta diciembre del año 2000.
Precisamente, en su carácter de exdirector de este recinto cultural, así como de intelectual, escritor y crítico de arte, recuerda al artista oaxaqueño que la asociación es depositaria de aquella obligación y la garante de la responsabilidad de pagar a sus trabajadores.
También aclara que nunca antes se dejó de pagar ni los salarios ni las prestaciones al personal.
Solana Olivares expone la necesidad de redefinir el organigrama laboral del MACO y, de ser necesario, liquidar conforme a la ley a los trabajadores cuyos servicios no son requeridos por la institución.
De la misma manera, sugiere modificar la carta programática del recinto, abrir sus salas y volver a exhibir en ellas “la importante obra artística local y foránea que los intereses sectarios y económicos han ignorado metódicamente”.
En la misiva, Solana plantea algunas reflexiones sobre la crisis que atraviesa esta institución desde hace casi seis meses. En principio, indica que el Museo nunca antes había atravesado por una circunstancia como la que vive actualmente, y que tampoco había cerrado sus puertas, salvo durante un periodo de no más de dos meses y medio después del sismo del 30 de septiembre de 1999, y cuya intensidad obligó a emprender la reconstrucción en tiempo récord.
“El MACO ha sido una institución determinante para la cultura local, nacional e internacional durante casi tres décadas, muchas personas hemos contribuido a su desarrollo como un patrimonio público cuyo interés es colectivo dado que representa un bien común”, resalta el exdirector.
También señala que en su labor como director y al dejar ese espacio en diciembre de 2000, se operaba eficientemente gracias a tres subsidios: federal, estatal y municipal. Además, especifica, el Museo contaba con “un programa anual de exposiciones plásticas profuso y abundante: presentaciones de libros, conferencias, mesas redondas sobre problemáticas contemporáneas, exhibiciones teatrales y cinematográficas, entre otras múltiples acciones educativas, reflexivas y estéticas ofrecidas al público, que se contaba por miles”
El intelectual y crítico de arte ubica al periodo como un tiempo de gran vitalidad pública y de incesante oferta cultural, “un museo de puertas abiertas que la comunidad oaxaqueña y foránea hizo enteramente propio”.
Pero luego 一acota一 “siguió un período bajo la dirección de Fe Maria Abad caracterizado por la confiscación, y en esa medida, privatización de un espacio que por su versátil naturaleza atentaba contra los intereses monetarios hegemónicos en el arte oaxaqueño.
“Desde ese momento fueron perdiéndose los vínculos del Museo con las instancias federales y estatales que históricamente lo subsidiaron y se comenzó a gestar la situación económica, administrativa y laboral que hoy ha hecho crisis, argumenta el intelectual. Luego vino la designación de Cecilia Mingüer y con los años la crisis que hoy vive el Museo”, añade.
“Toda crisis es una llamada de atención, a veces definitiva como parece serlo ésta, que a la vez representa, cuando se entiende y asume correctamente, una nueva oportunidad. Exige cambiar el sistema de pensamiento, las prácticas, actitudes e incluso a las personas que llevaron las cosas a tal punto”, precisa Solana Olivares.
En breve entrevista solicitada para confirmar la autenticidad de la carta, Solana Olivares expone que entregar el recinto en comodato a Amigos del MACO fue correcto en un tiempo, “pero ha perdido el sentido porque, como digo en la carta, el Museo ha sido confiscado por un grupo de interés que llegó a un límite porque creó un conflicto que por ahora no tiene posibilidad de solución».
La carta completa aquí:
1 Comentario
Adrian
El nuevo proyecto del gober Murata 5 años.
Hotel DESPOJO
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