El Día del Maíz, que en México se celebra el 29 de septiembre, para algunas comunidades de Oaxaca es un día de festejo y reflexión, pues el maíz no solo es visto como fuente de alimentación, también representa una manifestación cultural y un pilar fundamental de la economía.
Integrantes del Espacio Estatal del Maíz Nativo, campesinas y campesinos de la Sierra Norte, Sierra Sur y la Chinantla, entre otros, realizaron este viernes un ritual en la Alameda de León y se pronunciaron en contra del programa estatal de Abasto Seguro de Maíz que impulsa la Secretaría de Fomento Agropecuario y Desarrollo Rural del gobierno del estado de Oaxaca.
El Espacio Estatal del Maíz Nativo es una coalición de al menos 25 organizaciones y comunidades que promueven la conciencia sobre el impacto de los transgénicos. Realiza talleres y pláticas informativas para apoyar a las comunidades interesadas.
Durante las actividades culturales en torno al grano, Edith Morales en representación de este colectivo, dijo que este programa entrega a los campesinos semillas mejoradas de la marca Reycoll y fertilizantes químicos, a pesar de que este estado es un centro de origen y diversificación del maíz en el que ubican al menos 35 razas de este grano milenario de las 60 que se cultivan en México.|
«Muchos campesinos e indígenas han rechazado esas semillas» comentó la activista y coordinadora de Milpa Urbana, un espacio cultural que busca revalorar el papel del maíz desde diversas prácticas urbanas.
Explicó que una de las bases de ese programa es la distribución de un solo tipo de semilla para todo el estado, lo que representa un atentado a la diversidad biológica y el patrimonio cultural de los pueblos indígenas, aunque con ello se pretenda lograr la autosuficiencia alimentaria.
También recordó que al inicio del sexenio del presidente López Obrador se anunció la autosuficiencia alimentaria como política pública y a la fecha nuestro país sigue importando maíz y otros granos de consumo básico.
La activista enfatizó en que la distribución de fertilizantes químicos en comunidades donde no se han utilizado desde hace muchos años, es otro atentado a la diversidad microbiológica que se ha preservado en los suelos de los pueblos indígenas de Oaxaca. “Si bien el campesino no tiene otra opción que aceptar los sacos, estos en muchos casos se almacenan o se venden”. comentó.
En resumen, dijo, el programa Abasto Seguro de Maíz, hasta ahora, solo ha sido un nuevo paquete de insumos para la agricultura que ha desdeñado las capacidades y saberes que los campesinos utilizan para su sobrevivencia y en ese sentido, se convierte en un mecanismo colonialista que no es capaz de dialogar con quienes han sido los creadores milenarios de las culturas del maíz en Mesoamérica.
En Oaxaca y en muchas regiones del México profundo se conservan los saberes en torno a este grano que ha sostenido la cultura de los pueblos, lucharemos por seguir conservando nuestras semillas nativas, y prácticas tradicionales de cultivo que han sido menospreciadas por políticas colonialistas o neoliberales.
Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo
A la par, Edith Morales invitó a las comunidades a seguir participando en los tianguis y mercados locales, y practicando en la medida de lo posible, el trueque y otras actividades que no necesitan del dinero y que —dijo— son un paradigma para construir una humanidad respetuosa con la tierra.
“Rechazamos todo intento de privatización de las semillas nativas, tanto por empresas transnacionales, como por iniciativas nacionales. Miles de años de creación hoy quieren ser expropiadas por intereses mezquinos en aras del libre comercio y la ganancia.
No queremos más programas asistencialistas, es urgente que se establezcan políticas públicas que respeten los saberes tradicionales de las comunidades, así como las prácticas agroecológicas que han sido respetuosas con sus culturas”, declaró.