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Libreros independientes protestan en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca
Texto y Foto: Rocío Flores
La Feria Internacional del Libro de Oaxaca es, según libreros independientes, un instrumento de un particular, sustentado con dinero público. Inconformes con la política cultural del estado, que a lo largo de varios años ha beneficiado con millones de pesos de dinero público a los empresarios Guillermo Quijas Corzo y Vania Resendiz, este sábado minutos después de la inauguración oficial, realizaron una protesta afuera del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca.
Megáfono en mano, libreros, escritores, encuadernadores y gestores culturales locales cuestionaron la falta de espacios públicos para las librerías y editoriales independientes y exigieron programas de promoción de la lectura, así como de los autores locales, capacitación para fortalecer sus gestiones, y subvenciones para que puedan organizar eventos, charlas y presentaciones literarias, de la misma manera que se subvenciona a la FILO.
La Feria cuenta este año con un monto de ocho millones de pesos para sus actividades en este Centro de Convenciones, el 65 por ciento son recursos públicos (más de 5 millones) y el resto de la iniciativa privada.
En contraparte, los libreros organizaron su tercera edición del Tianguis Literario, Autónomo y Popular, a unos metros de donde se realiza la FILO.
«Este es un esfuerzo de construir espacios de difusión y reflexión sobre nuestra actividad y las problemáticas que compartimos como comunidad, gestionado con los recursos de quienes integramos el colectivo, sin el apoyo de las Secretarías de Cultura federal y estatal o de las fundaciones culturales filantrópicas.», explicaron integrantes, entre ellos, Jorge González, librero independiente y el escritor autogestivo Rodrigo Islas Brito.
Monopolio cultural
Los libreros señalaron que el uso de un monto millonario para una iniciativa privada permite ver que la política del gobierno de la llamada transformación, igual que los gobiernos anteriores, también contribuye al monopolio cultural, por ello exigieron la implementación de políticas que regulen el control de las grandes corporaciones editoriales y minoristas, para fomentar la competencia justa y la diversidad en la oferta literaria.
¿Qué ofertas culturales hay para los barrios y las periferias? ¿Acaso sólo un puñado de elegidos tienen derecho a ellas? cuestionaban, mientras otros compañeros regalaban libros a los visitantes de la FILO y les invitaban a conocer el tianguis.
No obstante, aclararon que no están en contra de que se realice sino del uso de dinero del pueblo oaxaqueño, para un proyecto del monopolio empresarial Almadía-Proveedora Escolar-Fondo Ventura.
“La FILO, al fin y al cabo, a pesar de las buenas intenciones que pregone, no deja de ser un negocio en donde se limita el acceso a proyectos y editoriales locales… Sólo estamos poniendo sobre la mesa un asunto que siempre se ha manejado en privado cuando es de marcado interés público”
Una hora antes durante la inauguración dentro del Centro de Convenciones los discursos fueron en el sentido opuesto: “la FILO es un referente importante en la intensa actividad cultural que se desarrolla en Oaxaca, un espacio plural que promueve la reflexión sobre los grandes problemas que nos aquejan…Hace falta escucharnos más y escuchar otras voces con ánimo crítico y constructivo», dijo el presidente Francisco Martínez Neri, quien minutos después compraba una paleta a un lado de la protesta, haciendo caso omiso hasta que fue interpelado por dos reporteras.
La subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespaloba destacó la «camaradería» con que se realiza la FILO: “Esta feria se ha labrado con cariño, compromiso y camaradería, entre distintos ámbitos: público, privado y voces de la propia comunidad cultural… gracias al esfuerzo y paciencia de los empresarios para gestionar los recursos, se ha convertido en una de las ferias más importantes del mundo independiente, con un fondo de promoción lectora (que dicho por Resendiz, desconoce el impacto) y una biblioteca en un barrio (San Martín Mexicapan) sin mayor oferta cultural, dijo la funcionaria federal, ajena al inoperante espacio otorgado en comodato y reclamado desde hace más de un mes por la gente de ese barrio.
Mientras que el gobernador del estado, indiferente, reconocía “la meritoria” labor de la directiva y organizadores, quienes este año abrieron un espacio para llevar sus discursos de paz a la FILO.
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