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Cada año la comunidad de San Francisco Ixhuatán, en la región del Istmo, recibe a un grupo de poetas, escritores, artistas y libreros para celebrar el encuentro literario Otoño de la palabra, y compartir con las nuevas generaciones su pasión o su gusto por la lectura y la poesía.
Es un encuentro para quienes llegan y para quienes les reciben; también es un espacio donde se comparte y recuerda la riqueza de la lengua y la palabra. Es un lugar donde se construye la memoria.
Las evocaciones de los participantes en torno a su comunidad, su historia, su lengua y sus personajes así como los nuevos acontecimientos van nutriendo los recuerdos de generaciones de niñas, niños y jóvenes.
En otoño, en este municipio istmeño se siembra una semilla que quizá germinará en poetas, escritores, campesinos, artistas o biólogos que amen su tierra, la cultiven y la protejan.
En este tiempo las lecturas se abren a las voces de la poesía, y se habilitan espacios para algunas presentaciones de libros, exposiciones y talleres que se imparten en las escuelas de esta localidad y las de otros municipios cercanos.
Este otoño la comunidad celebró a dos personajes importantes: el río Ostuta y el artista japonés Shinzaburo Takeda.
El río Ostuta nace en la selva de Los Chimalapas y desemboca en el mar muerto, en su cauce se le van uniendo numerosos cuerpos de agua de varias partes de la región.
El Ostuta fue recordado y celebrado como fuente de vida, como un ecosistema conectado con los habitantes, que en sus aguas construyeron algunas de sus historias de infancia.
En sus márgenes llovieron murmullos y en su cauce luces que simbolizaron su espíritu. Decenas de personas acudieron con una luz en medio de pequeños barcos de madera para dejarlos fluir con el río esa tarde.
“Ya está oscureciendo y están navegando las luces, luces de ustedes, luz mía, luces de todas las familias anteriores a ustedes, luces de todos los humanos, a dónde van, no sé..”
Shinzaburo Takeda
En Casa Yaza, celebraron la trayectoria de más de 50 años de este artista japonés, quien fue invitado hace cinco décadas a dar clases en la Escuela de Bellas Artes 一hoy es la Facultad de Artes de la UABJO一 y se ha vinculado espiritualmente con Oaxaca, en particular con algunas comunidades zapotecas, como Ixhuatán, donde cada año acude con su amigo Manuel Matus, a quien admira por volver siempre a su origen, de la misma manera que reconoce al pueblo ixhuateco como se puede ver en sus palabras: “Quedé maravillado porque aquí encontré cultura, no civilización, cultura”
Shinzaburo Takeda recibió aplausos, para él representan una joya que “no tiene forma, que no tiene color, pero está lleno de sentimientos”.
La iniciativa del Otoño de la palabra cumplió este 2023 cinco años, fue impulsada por el maestro, escritor y poeta Manuel Matus Manzo, originario de esa localidad del Istmo de Tehuantepec y es apoyada por la gestora cultural Irlanda Matus, la Universidad de Oaxaca, la autoridad local y los mismos participantes.
Varios autores coinciden que pocas veces el esfuerzo de pocas personas puede proyectarse hacia tantas otras, a pesar de que no toda la población participa de estas actividades, siempre irradia o ilumina un pequeño sendero.
El anfitrión, el presidente municipal Felipe Lopez Matus invitó a su comunidad a sumarse a la lectura: «Ixhuatán nos necesita leídos, cultos para poder aportar al crecimiento de nuestro pueblo”.
Quizá esas palabras hagan eco en las niñas, niños y jóvenes que como Manuel Matus, siempre vuelve a los márgenes a recordar que nada de lo que hay en ese entorno se conserva sino nutriéndose de los suyos.
Tal vez Manuel Matus igual que su amigo Shinzaburo Takeda (quien por cierto se refiere a él como su hermanito) en su búsqueda comprendió que conservar la armonía y saber convivir o coexistir con respeto a la naturaleza siempre ayuda a crecer y fluir como el río.
2 Comentario
Ernesto Reyes
Hermoso texto. Refleja el espíritu y la vastedad de cómo un círculo de lectores y artistas construyen comunidad en una tierra tropical llena de pisadas y huellas de seres prehistóricos que nunca perdieron el camino ni la fortaleza de su cultura.
Elia Pérez López
Sin duda el texto y la memoria quedan grabados para siempre, en un evento tan relevante para los protagonistas y los hacedores de la palabra, de la cual tuvimos el privilegio de ser participes, gracias Rocío por coincidir en esta aventura.