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La historia del Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chik’in-já es un testimonio de lucha contra la expansión de la industria porcícola, que pone en peligro el medio ambiente, la salud de las comunidades mayas y su principal actividad económica: la apicultura. La familia de Carlos Llamá y Matilde Dzib, dueños de un apiario ancestral en Kinchil, junto con otras familias y comunidades, enfrentan una grave amenaza con la llegada de la empresa Kekén, que instaló una mega-granja de cerdos cerca de sus tierras. A través de la denuncia, una autoconsulta indígena, el apoyo de organizaciones internacionales y un monitoreo comunitario de agua, el Consejo Maya lucha para sostener la conexión con la naturaleza y la esperanza de un futuro donde sus hijos y nietos puedan vivir en armonía con su entorno ancestral.