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Ecoblast un esfuerzo comunitario en Juchitán para reducir el plástico en una ciudad de 120 mil habitantes 

Por Diana Manzo

Reducir el uso de plástico es un esfuerzo diario que desde el año 2021 realiza Nancy Blas casa por casa para cuidar el Medio Ambiente, y principalmente el río Guigu Bicu’nisa (nutrias),  a través de su proyecto comunitario “Ecoblast”.

Nancy Blas originaria de Juchitán, Oaxaca. Su proyecto Ecoblast surgió en la novena sección de Juchitán, Oaxaca y es un centro de recolección de plásticos totalmente comunitario y autogestivo, es decir, que se mantiene con recursos propios.

Con esta iniciativa, Nancy Blas promueve una cultura ecológica a la que nombraron “soluciones familiares”, porque se  se hace en familias, en  la zona sur de Juchitán.

Separar su basura y los plásticos e invitar a la comunidad —en su lengua materna el diidxazá (zapoteco) a replicarlo— se ha convertido en una labor humana consciente y responsable que Nancy junto con Mariana como fundadoras, y demás voluntarios realizan de manera gratuita en esta ciudad de más de 120 mil habitantes y 150 colonias populares.

Según el foro ecológico de Juchitán, esta ciudad genera diariamente 180 toneladas de basura.

Ecoblast reporta que al mes colectan de 600 a una tonelada de Pet, de los cuales, el 70 por ciento es PET cristal, 20 por ciento tapitas que se donan a fundaciones y 10 por ciento no se puede reciclar . 

Juchitán, Oaxaca no cuenta con un relleno sanitario, tampoco con una planta tratadora de aguas residuales, en el 2015, el expresidente municipal,  Saúl Vicente Vásquez obtuvo un recurso para la  construcción de la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos que con  inversión de 47 millones de pesos, y que lleva 9 años sin funcionar.

Una labor compleja pero satisfactoria

La tarea no es fácil, pero es satisfactoria, reconoce la contadora pública de profesión, ambientalista por pasión y madre de su pequeño Naelito.

“Trazamos una ruta, y dos veces a la semana caminamos casa por casa a pie ofreciendo el servicio de recolección de plástico de manera gratuita. También acudimos a los espacios deportivos”, cuenta.

La recolección se hace sin importar el calor de 35 grados, los fuertes vientos de más de 120 kilómetros por hora o la intensa lluvia. Lo que se trata afirman es cuidar el planeta y no ser heroínas.

Caminan entre 3 y 5 kilómetros en cada colecta. Y aunque por ahora es solo en la parte sur, sí abarcan distancias considerables, pero para ellas no hay impedimento.

Nancy afirma que esta tarea que realizan es “Porqué amamos nuestro planeta y deseamos un Juchitán, limpio”. Para ella y el resto de las integrantes romper el mito de que Juchitán es un municipio sucio ha sido una de sus mejores hazañas.

“Lo que hicimos fue ir casa por casa y decirle a las familias que hicieran conciencia de la contaminación al planeta, muchos aceptaron y hoy ya saben que semana a semana vamos a pasar por su plástico y nos lo dan. 

Por este proyecto hemos recibido mucha aceptación; llevamos cuatro años con este esfuerzo comunitario, y nos sentimos muy a gusto de contribuir con lo más preciado, nuestro planeta”, comparte la joven madre de 33 años de edad.

Como integrante también del Colectivo ambientalista Gui’xhi Nayaa,  Nancy platica que el cuidado ambiental la llevó a estudiar una maestría en finanzas, y participa con talleres en diidxazá, desarrollo de proyectos y hábitos sostenibles en la comunidad.

El ritual

Tres veces a la semana, ya sea en las mañanas o en las tardes, Nancy y las voluntarias se organizan para la recolección de los plásticos casa por casa. En su hogar, donde está el centro de recolección se hace el ritual. 

Pero antes, uniformadas para ser identificadas, cubrebocas y  guantes, sin olvidar los sacos reutilizables, que compran o les obsequian comienza la colecta.

Enseñar a sus paisanas y paisanos estos hábitos sostenibles y concientizarlos principalmente en zapoteco ha sido una tarea de todas y todos señala la joven. “Nuestro objetivo se está cumpliendo, miles de  desechos están dejando de llegar a nuestro río, mares o bien que sean quemados, hoy eso ya no se hace, hoy ya se reutiliza”.

Cuando llegan a las casas, Nancy y las voluntarias tocan la puerta y en diidxazá preguntan si hay plásticos. De inmediato las familias les abren la puerta e ingresan a recolectar. Son decenas de botellas que cada familia consume. Lo separan por colores, las blancas de un lado y el resto en otro saco. En cada recorrido visitan entre 15 y 25 familias.

“Es una buena estrategia lo que hacen estas jóvenes, y lo mejor, es que esta basura no está llegando al río, que es donde vemos cada temporada de lluvias como se acumula y ahora eso ya no ocurre. Yo les doy entre 80 y 100 botellas en cada visita”, dice Reynol Salinas Hernández de la colonia San Vicente de la novena sección.

Para Mariana, una joven estudiante de esta localidad, ser parte de Ecoblast le ha dejado muchas satisfacciones. Recientemente obtuvo un reconocimiento por su labor ecológica otorgado por National Geographic y eso la motiva a seguir aportando a su comunidad.

“Colectar el plástico y hacer la separación, y ver que mis paisanas y paisanos que también lo replican en sus hogares, que ya cuidan nuestro entorno, es la mejor satisfacción, me siento muy agradecida”, señala. 

Emocionada de poder aportar a su comunidad, explica que con Ecoblast están contribuyendo desde su trinchera, y a ser parte de la solución a uno de los problemas ambientales que observan en Juchitán y en Oaxaca.

“El uso constante de plástico y las enormes cantidades derivan de  una crisis mundial ecológica. En Ecoblast estamos  realizando pequeñas acciones, pero de gran trascendencia”, señala.

Gui´xhi Nayaa, un monte o espacio limpio

El objetivo es tener un pueblo limpio – Gui´xhi Nayaa- explica Aurora Catalán, promotora de Ecoblas  y creadora del proyecto Bladu’ Nabani, que surgió en el 2024 para visualizar la problemática e introducir desechables biodegradables compostables, como alternativa al unicel. 

 “Este año, hemos logrado que espacios culturales como la Casa de la Cultura, restrinja el uso de unicel en sus eventos; también hemos logrado que al menos siete comerciantes del mercado de Juchitán, acepten vender desechables biodegradables compostables”, explica Aurora.

La campaña continúa, y para el resto del año y los venideros se enfocará en incentivar el uso de recipientes reutilizables para evitar generar residuos.

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