Ante la negativa de la comunidad de San Lorenzo Albarradas para la construcción del Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRUS), el gobierno del estado anunció la reubicación del proyecto en el municipio de San Pedro Totolápam, con una inversión de 600 millones de pesos.
Este miércoles, el gobernador del estado anunció que este proyecto, con el que se pretende poner fin a la crisis de basura en la capital y municipios conurbados, se instalará en un predio de 30 hectáreas.
Según el informe del Ejecutivo, en ese predio serán tratados los desechos que diariamente se generan en la zona metropolitana, alrededor de 850 toneladas diarias..
Durante el anuncio, Jara Cruz aseguró que este proyecto resolverá, de manera integral y con perspectiva de largo plazo, el manejo de residuos en la Zona Metropolitana de Oaxaca.
Desde hace un año, la crisis de basura ha obligado a municipios a trasladarlos a lugares inapropiados y sin condiciones adecuadas para manejarlos, en el caso del municipio de Oaxaca de Juárez el traslado de los residuos sólidos al Estado de Puebla y Veracruz ha generado gastos millonarios, que hasta el mes de agosto se estimaba en 170 millones de pesos.
De acuerdo con la información oficial, el CIRRSU consiste en tres instalaciones principales: una planta de separación, una planta de biofertilizantes y una celda de disposición final. La planta de separación generará cuatro corrientes de productos: materia orgánica, materia inorgánica vendible, combustible derivado de residuos y un rechazo.
La materia orgánica será enviada a la planta para fabricación de biofertilizantes, los inorgánicos vendibles serán comercializados al mayoreo, los combustibles derivados serán vendidos a la industria cementera y el rechazo será dispuesto en la celda de disposición final en la planta de biofertilizantes.
Mientras que la materia orgánica será procesada para generar biofertilizante y será utilizada en los programas gubernamentales destinados al campo, mientras que en la celda de disposición final se dispondrá el rechazo de ambas plantas, el cual estará compuesto principalmente por inorgánicos finos o que no puedan ser comercializados.
Ambas plantas serán construidas en un periodo de un año y medio, y tres meses después estaría operando la celda de disposición final.