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Por Diana Manzo |Red de Mujeres Periodistas de Oaxaca
Zapoteca de corazón y guardiana de la talabarteria por pasión, Milady Cabrera es una joven juchiteca de 26 años de edad, que con su marca “Marimar” elabora huaraches ecológicos y reutilizables, como una acción benévola para el medio ambiente.
La joven recién egresada de la carrera de Ingeniería Electromecánica procesa la piel a través del curtido vegetal utilizando una planta endémica de la zona llamada en zapoteco como “Biquiche” y en castellano “El Guamuchil”.
Desde su casa ubicada en la segunda sección, Milady y su familia son los responsables de elaborar el calzado ecológico. Ahí establecieron su taller familiar, desde donde confeccionan diversos tipos y modelos de huaraches de cuero, algunos combinado con textil istmeño, que ellos mismos elaboran.
El amor por la talabarteria comienza a sus 17 años por herencia de su padre, quién le enseñó este arte, que es su principal fuente de ingreso económico y que añora sea para muchas jóvenes más, pues está dispuesta a compartir sus saberes a través de talleres y exposiciones.
“Mi padre al ser maestro de educación indígena me enseñó este oficio que practicaba y enseñaba a sus alumnos, del cual me siento orgullosa haber heredado”, expresa.
Emocionada, la joven Milady también comparte que, durante su estancia en la carrera, construyó una máquina lavadora de pieles que consiste en usar curtido vegetal para evitar el de cromos, que daña considerablemente al medio ambiente.
“Mi sueño es que la producción de piel de todas y todos mis amigos talabarteros sean con curtido vegetal pues ayudamos al medio ambiente y además es una piel muy suave que se puede fabricar en otro sitio, pero es más caro”, agrega.
Sonriente y con espíritu de crecimiento, la joven talabartera afirma que un par de huaraches es su triunfo para su vida, no se trata de elaborar piezas en serie si no algo personalizado, gustarle a los consumidores y no dañar al medio ambiente.
“Lo que pretendemos es hacer una producción más personalizada, por ejemplo los huaraches que vendemos son reutilizables, si la suela se desgasta o se rompe en parte, se arregla y lo usas de nuevo, eso es lo que nosotros hacemos con nuestras piezas, que tengan una vida útil larga, ese es el propósito”, detalla.
«Cuesta mucho salir adelante»

Ser joven y tener un negocio propio es uno de los sueños cumplidos de Milady. Ella forma parte de los 10 jóvenes que trabajan por cuenta propia, de acuerdo con datos del INEGI 2024, el donde refiere que 81 de cada 100 personas jóvenes trabajaron de forma subordinada y asalariada; 10 por su cuenta, 2 fueron empleadoras o empleadores y 7 no percibieron ingresos.
Milady asegura que le ha costado mucho salir adelante porque las personas creen que ella no es capaz de ser artesana, pues la ven joven, además de que por su misma juventud, no la invitan a festivales y ferias artesanales, pues creen que no es capaz de hacer huaraches como el que elabora.
“Tenemos una idea errónea de que los oficios son para gente adulta o bien para personas que no tienen un estudio y no es así. A mí me ha costado mucho salir adelante, por ejemplo hay una feria de artesanas en la ciudad de México o en Oaxaca, y no me invitan, a pesar de que estoy registrada como artesana, creen que no tengo capacidad o quizá que soy mucha competencia, pero lo único que deseo es compartir lo que sé”, explica.
Contenta por lo que ha logrado, la joven continúa, ahora realiza experimentos para crear calzados cómodos, usando suelas elaboradas con materiales naturales.
“Conseguir huaraches que se hagan sin dañar el medio ambiente, nos costó mucho. Lo que ahora estoy trabajando es crear suelas cómodas elaboradas con algodón natural, es un proceso de prueba y error, estamos pasando por un control de calidad, de lograrlo, será muy interesante”, concluye.